"Queremos transmitir la necesidad de recuperar una serie de valores de la infancia, a través de las explicaciones que los padres puedan dar a sus hijos durante la visita". Así explica el profesor titular de la ULL Gerardo Fuentes Pérez (Los Realejos, 1952), comisario y responsable del diseño de la muestra, el objetivo de la exposición "Los sentidos del niño", una peculiar visión de la infancia a través del arte, que podrá ser visitada hasta el próximo 31 de diciembre en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, ubicado en el número 12 de la calle José Murphy.

Las piezas reunidas pertenecen a colecciones públicas y privadas de todo el Archipiélago, incluidos ambos Obispados, las Cajas de Ahorros provinciales, corporaciones locales y museos. Se trata de unos cincuenta objetos, con la infancia como referente, entre los que se incluyen pinturas realizadas con distintas técnicas, esculturas, juguetes, muebles, fotografías o libros escolares.

Gerardo Fuentes abundó sobre la idea de partida: "La elección del tema pretende justificar la importancia fundamental de la educación en esta primera etapa de la vida de la persona con el museo como herramienta pedagógica".

El experto evocó los veranos en la norteña Rambla de Castro para explicar las razones de la exposición: "Toda la familia convivía y mi abuelo, mi padre y yo éramos de la misma generación, en el sentido de que el conocimiento se fue transmitiendo de unos a otros, reforzado por la experiencia empírica. Ahora no es así, se ha perdido esa correa de transmisión. Nuestra modesta aportación consiste en intentar dar a conocer a través del arte parte de los valores de la infancia perdidos, como, por ejemplo, la relación con los abuelos o la ilusión de los Reyes Magos".

El comisario abogó por la didáctica familiar: "Queremos que los padres acompañen a sus hijos al Museo y les expliquen estos valores a través del recuerdo en un mundo como el de hoy en el que se han perdido los referentes, algo fundamental".

Fuentes es docente y conoce bien a los nuevas generaciones. Al respecto apuntó: "Hoy todo es muy rápido, no hay tiempo para el conocimiento pausado que tuvimos nosotros. Los chicos pierden la memoria con rapidez y ven normales cosas que no lo son".

Fuentes animó, por último, a acudir a la muestra: "Que vengan a disfrutar de lo que vean y, sobre todo, que se lo expliquen a los niños. Tenemos la referencia de Caperucita, el cuento universal, porque hay que recuperar la tradición del cuentacuentos. De hecho, la exposición está montada como un gran túnel que lleva al final, precisamente, al cuento, como el paso obligatorio de la vida. Ahí está la clave".

Multidisciplinar

La recopilación de las obras expuestas no resultó tarea fácil, explicó el comisario, no sólo por lo disperso de su procedencia, sino porque en Canarias no era habitual antes del siglo XX utilizar la figura del niño o de la infancia como inspiración artística, salvo en la pintura religiosa.

Treinta de los objetos expuestos son pinturas que retratan niños o temas relacionados con la infancia. Figuran obras religiosas y profanas de distintos autores, épocas y estilos, desde el siglo XVI hasta el XX realizadas, entre otros, por Jacob Jordaens, Juan de Miranda, Pedro de Guezala, Manuel González Méndez o Nicolás Alfaro.

Además, se exhiben tres esculturas, entre las que destaca la de "El niño Jesús de la Siervita", talla de madera policromada del año 1700, cedida por la iglesia de Santiago Apóstol de El Sauzal.

Entre los muebles infantiles figuran sillas, cunas y bañeras. La exposición se completa con juguetes, principalmente muñecas del siglo XIX, vestidos, fotografías, libros escolares, cuentos de la primera mitad del XX y dos pares de zapatos infantiles del XIX.