Las intérpretes mexicanas Úrsula Pruneda, Ofelia Medina, Ana Ofelia Murguía y Miriam Balderas se impusieron hoy en el V Festival de Cine de Roma al lograr "ex aequo" el Marco Aurelio del Jurado a Mejor Actriz por su papel en "Las buenas hierbas", de María Novaro.

La cineasta, directora de la única película latinoamericana a concurso en la sección oficial, recogió el premio en nombre de las actrices y les agradeció "su complicidad y su dedicación en los años que han sido necesarios para rodar la película".

"Las buenas hierbas", el quinto largometraje de María Novaro, supone su regreso como directora diez años después de "Sin dejar huella", y el premio logrado hoy por sus actrices se suma a los ocho que conquistó el filme en el Festival de Cine de Guadalajara (México).

La cinta personifica la propuesta de un cine "Made in México" y lleva el sello de Novaro, que ella misma definió orgullosa como "evidentemente femenino y evidentemente mexicano".

"Siempre me alegra aportar un nuevo punto de vista de lo que es mi cultura, de México, y de quién soy yo, que soy mujer. He tenido muchas veces discusiones y es obvio que mis películas están hechas por una mujer, pero el punto es que reflejen una diversidad del mundo", dijo Novaro en una rueda de prensa posterior a la ceremonia.

Con sus ricas y conmovedoras interpretaciones, las actrices de "Las buenas hierbas" han logrado transmitir la personalidad de Novaro, que en esta película cuenta la historia de Lala, a quien da vida Ofelia Medina, una herbolaria que lucha contra el sufrimiento del alzheimer.

Además, la película trata el tema de la eutanasia, "visto como un acto de amor", según la cineasta, y precisamente ese asunto, aunque en clave de comedia, centra el argumento de la cinta triunfadora de la noche, la belga "Kill me please", de Olias Barco, que ha obtenido el Marco Aurelio a la mejor película.

Además, se han impuesto "The pool diaries", una coproducción entre Alemania, Austria y Estonia y dirigida por Chris Braus, galardonada con el Premio Especial y el Marco Aurelio del público, y la danesa "Heaven-In a better world", de Susanne Bier, que recibió el Gran Premio del jurado.

El premio al mejor actor fue para el aclamado intérprete de "Il Divo" y "Gomorra", el italiano Toni Servillo, por "Una vita tranquilla", de Claudio Cupellini, donde interpreta a un hombre que cambia de identidad para refugiarse en Alemania.

Un palmarés que refleja la identidad de este festival, con una selección oficial con pocas estrellas pero muy mestiza, en la que figuraban cintas de Irán, Irlanda, Italia, Dinamarca, Bélgica, Estados Unidos o Australia.

El Festival de Roma también reconoció a la única delegación española presente en el certamen, encabezada por Christian Molina, director de "I want to be a soldier", que reflexiona sobre el vínculo entre videojuegos, televisión y violencia infantil y que obtuvo el Marco Aurelio "Alice Nella Cittá", votado por niños de 8 a 13 años.

"Había hecho una película para que los adultos vieran cómo los niños se relacionan con la violencia, no para que la vieran ellos. Cuando vi a mil niños en un cine estaba asustado, pero sabía que no iban a mentir y es un regalo porque veo que han entendido el mensaje", afirmó el cineasta catalán.

Entre los premiados de esta edición figura también la estadounidense Julianne Moore, que recibió el Marco Aurelio Acting Award, un galardón en reconocimiento a toda su carrera.

Aunque el premio se fallara hace unos meses, el Festival le dedicó hoy un emotivo homenaje al finalizar la entrega de premios, con una proyección de algunos de los fotogramas más significativos de su carrera, en la que figuran películas como "The end of the affair", "The hours" o "Far from heaven".

A esta filmografía se suma ahora "The kids are all right", una de las películas más aclamadas por la crítica en Roma, presentada fuera de concurso y que clausurará hoy el certamen.

Una edición que además ha servido de altavoz a las protestas contra los recortes del gobierno en el sector de la cultura y que echa el telón con un aumento de sus espectadores, con el sueño de que Roma vuelva a ser una capital indispensable para el cine.