La singladura literaria de Mario Vargas Llosa, que hoy recogerá el Premio Nobel de Literatura en Estocolmo, trae a la memoria de los escandinavos la figura de su otrora amigo y ahora rival Gabriel García Márquez. Sus carreras confluyen una y otra vez en el caso de Suecia, donde además de obtener ambos el más preciado galardón del mundo literario, sus obras han sido traducidas por el mismo especialista.

Se trata de Peter Landelius, un ex diplomático sueco, casado con una ciudadana cubana desde hace treinta y cinco años, quien ahora dedica todo su tiempo a "leer, escribir y traducir", como explicó a Efe, antes de desvelar sus experiencias con uno y otro autor.

"Son muy diferentes", asegura. Vargas Llosa es "mucho más complejo" al tener una "sintaxis más sofisticada" y una técnica de contar, con flashback, que crean problemas a los idiomas germánicos.

Vargas Llosa vivió ayer la previa a la recogida del Nobel arropado por su familia en una capital escandinava cuyas frías temperaturas han "guillotinado" su voz, mientras una leve caída le causa algunas molestias.

El autor peruano cumple un minucioso programa desde su llegada a la capital sueca el pasado domingo. Tras el esperado discurso del martes, el miércoles recibió el homenaje del Instituto Cervantes y estuvo en los estudios de la televisión estatal sueca, donde grabó un popular programa, "Skavlan", y compartió plató con la actriz noruega Liv Ulman.

Ayer tocó visita a un colegio del barrio de Rinkeby, en las afueras de Estocolmo, con mayoría de población inmigrante.

Hoy, fecha del aniversario de la muerte de Alfred Nobel, Vargas Llosa recogerá su cetro literario en una ceremonia en la que no está permitido el discurso de agradecimiento, sino tres reverencias: una al Rey, otra a los académicos y otra al público.