Spotify, el servicio legal de música por internet que desde hace años goza de un gran éxito en Europa, tiene el camino más despejado para llegar por fin a Estados Unidos, ya que la empresas creadora, con sede en Suecia, ha firmado un acuerdo de distribución con Sony.

"Podría ser un avance fundamental para la próxima fase de la música digital", aseguraba hoy el blog tecnológico de The New York Times, que asegura que Sony es la primera gran discográfica en firmar un acuerdo con Spotify para favorecer su distribución en Estados Unidos.

El acuerdo, del que no se han facilitado detalles, fue adelantado por el portal tecnológico All Things Digital, de la empresa editora del Wall Street Journal, aunque hoy fue confirmado a medios locales por personas implicadas en la operación, que no han querido aclarar el grado de desarrollo del pacto y cuánto podría tardar Spotify en estar operativo en este país.

"Spotify ha cerrado por fin un acuerdo con Sony sobre distribución en Estados Unidos. Esto no los mete directamente en Estados Unidos, pero los acerca muchísimo", añade ese portal, que asegura que el pacto ha sido confirmado por "múltiples fuentes".

El desembarco de Spotify en Estados Unidos ha sido largamente retrasado por reticencias del sector, pese a que los usuarios reclaman desde hace meses poder acceder a ese servicio, que permite escuchar todo tipo de música en "streaming" (a través de la red y sin necesidad de descargarla).

Este servicio, que también cuenta con una aplicación para teléfonos móviles, es gratuito en su versión más básica y ha revolucionado la compleja situación que vive el mundo de la música a causa de las copias y descargas ilegales de discos.

Desde que en 2009 se popularizara enormemente en Europa, se había especulado con la posibilidad de que Spotify se ofreciera también en Estados Unidos.

Sin embargo, las grandes discográficas de este país han sido reticentes a facilitar su entrada, en parte por miedo a no rentabilizar suficientemente sus contenidos, ya que la mayoría de los usuarios acceden a la versión gratuita de Spotify, que está financiada con una publicidad muy discreta.

Este servicio también ofrece una suscripción -libre de publicidad y con más opciones para los usuarios- a la que se han acogido 750.000 de los más de 10 millones de personas con cuenta de Spotify en Europa, según datos del año pasado de la empresa, que en 2009 perdió 27 millones de dólares (20 millones de euros).

Otras compañías posiblemente interesadas en que se retrase la llegada de este servicio a Estados Unidos son Google y Apple, que trabajan junto a las grandes discográficas en sus respectivos servicios de música en "streaming", con los que cada usuario podrá almacenar su música y sus "playlists" en la red, sin tener que descargar los archivos a un ordenador u otro dispositivo físico.

Además, para contar con la amplia oferta que ofrece en Europa, los analistas advierten de que la empresa propietaria de Spotify necesitaría alcanzar acuerdos similares con el resto de las grandes discográficas del país.