Las fotografías más representativas de Robert Capa, que murió a los 40 años en 1954 tras pisar una mina en Indochina, se exhiben desde hoy en Tenerife en una exposición que recoge la simbólica imagen del miliciano en la Guerra Civil española, en donde el fotógrafo se reafirmó en buscar la dignidad de los débiles.

La retrospectiva del fotoperiodista, nacido Ernö Andrei Friedmann en 1913 en Budapest y uno de los fundadores de la agencia Magnum, se exhibirá en la sede central de CajaCanarias hasta el 12 de marzo e incluye 98 fotografías en blanco y negro y un ciclo de películas y documentales sobre el fotoperiodismo.

Estos números son casi "diabólicos", explicó hoy en la presentación de la muestra el jefe de la Obra Social de CajaCanarias, Álvaro Marcos Arvelo, quien subrayó que con esta retrospectiva se inaugura la actividad expositiva del centro en 2011 y en ella se puede seguir la vida fotográfica de Capa desde su primera foto profesional, realizada a Leon Trotsky en Copenhague en 1932.

Las fotografías están dispuestas en orden cronológico y muestran las mejores imágenes realizadas en su trayectoria personal, desde la España devastada por la guerra, el desembarco aliado en Normandía en la II Guerra Mundial, los seis meses que pasó en China en 1938 y el primer conflicto árabe-israelí.

Arvelo subrayó que la llegada de Capa a España durante la Guerra Civil coincidió con el inicio de su relación sentimental con Gerda Taro y durante el conflicto tomó la "mítica" foto del miliciano en Córdoba.

Sólo después de publicada se dio cuenta Capa del poder que tenía esta imagen, de la capacidad y magnetismo que podía tener una foto para crear conciencia y ayudar al espectador a tomar partido, según Arvelo.

Añadió que la foto del miliciano fue un momento "de ignición" para muchas personas que decidieron participar de una forma u otra en la Guerra Civil española, que "hizo" a Capa como fotógrafo y como ser humano, tras rodearse de intelectuales como Orwell y Hemingway y donde se fortaleció su convicción de que había que contar la verdad "esencial".

Capa había pasado por la Alemania de Hitler y en España quería fotografiar una victoria republicana, lo que no pudo hacer y lo que le llevó "a buscar la verdad de los más débiles", como la mirada exhausta de una niña que lleva kilómetros caminando y que al fotógrafo se le hizo "insoportable", indicó el jefe de la Obra Social de la entidad bancaria canaria.

"Si la fotografía no es buena es que no estás lo bastante cerca" era la filosofía de Robert Capa, según recordó Árvelo, quien destacó que el fotógrafo no se regodeaba en la parte escabrosa de los conflictos, sino que había una especie "de pacto de silencio" con sus víctimas para "sacar de la oscuridad un poco de la luz de todo ser humano".