Esther Ropón fue considerada durante su estancia en Berlín la embajadora de la música española en Alemania, pero ahora la pianista tinerfeña se enfrenta ahora a un reto todavía mayor: defender la música de los compositores canarios en su propia tierra. Salir triunfante de este desafío implica derribar la sorda resistencia que desde las instituciones locales se opone a los creadores e intérpretes isleños, reticencia a la que no escapa la propia solista, que desde hace tiempo viene demandado su presencia en una gran cita musical, sea el Festival de Música de Canarias o la temporada de conciertos de la Orquesta Sinfónica de Tenerife.

Hoy subirá un nuevo escalón con la presentación de "Mujeres del XXI", un álbum dedicado a compositoras canarias contemporáneas que presentará, en concierto, a partir de las 20:30 horas, en la Sala de Cámara del Auditorio de Tenerife. El programa de la velada estará integrado por obras de Milena Perisic, Laura Vega, Dori Díaz-Jerez y Cecilia Díaz, cuatro voces femeninas que no agotan el abanico compositivo isleña, ya que, como reconoce la propia pianista, le habría gustado contar en el disco con otras creadoras, así su paisana Raquel Cristóbal.

Ropón avisa de que la propuesta no tiene carácter reivindicativo. "Esta -explica- no es música femenina ni dedicada al público femenino. Las mujeres estamos representadas en todos los ámbitos de la sociedad y la música no es una excepción. Se da la circunstancia de que la composición canaria actual está liderada por un conjunto de autoras, y es por ello, además de por su talento, por lo que he querido grabar estas obras".

Sobre Milena Perisic, la aplaudida compositora croata radicada en Tenerife, recaerá el "mayor peso" del concierto, ya que Ropón ha llevado al disco tres de sus obras: "Luna en Capricornio", "Búsqueda del niño perdido" y "Trece haikus para piano". En el álbum, esta última obra se ofrece en su versión para piano solo, pero en la velada de hoy Ropón contará con Carlos Vílchez, que pondrá voz a los poemas orientales reunidos en el ciclo.

"Quería un broche especial para el concierto y Milena me lo ha dado con estos trece minipoemas, piezas exquisitas, características de su lenguaje musical, a caballo entre lo profundo y lo burlesco", comenta la pianista, devota de Ludwig van Beethoven y de su opus 37, el Tercer Concierto en Do menor.

La benjamina del cuarteto de compositoras es Cecilia Díaz. De ella se interpretará "Tempo de sonata", obra que entronca que una sonata de la misma autora que Esther Ropón estrenó a su llegada de Alemania. "De algún modo ella compuso la sonata que hubiera querido escuchar cuando estudiaba Piano -explica-. Las pausas, los silencios, cobran una gran importancia a lo largo de la obra, en la que Cecilia logra un gran equilibrio entre el desarrollo melódico y la parte central, más rítmica".

Entre Perisic y Díaz se sitúan otras dos autoras ya consolidadas en su ámbito, la grancanaria Laura Vega y la tinerfeña Dori Díaz-Jerez. De la primera se ofrecerán sus "Homenajes para piano solo", obra en la que, según su intérprete, "se juega con los múltiples registros del instrumento, recorriendo un amplio espectro sonoro que va desde el pianissimo al fortissimo". La segunda estará representada en el programa por su "Suite para piano". Escrita en 2003 y estructurada en cuatro movimientos, esta obra "de una gran complejidad técnica" proporciona, a juicio de la joven solista, "una gran riqueza armónica" y está imbuida de ecos del romanticismo tardío, estética a la que en cierto modo "da carpetazo".

El sello canario Ultramarinos ha editado este álbum que sus responsables querrían difundir a escala nacional, para lo cual ya se busca una distribuidora. Por otro lado, avanza Ropón, "tenemos intención de llevar fuera el espectáculo, de hecho estamos en tratos con salas alemanas; para ello, como es lógico, sería deseable que Canarias Crea nos incluyese en su plan de ayudas".

Hacer y dejar hacer

Maestra repetidora del Festival de Ópera de Tenerife, Esther Ropón es profesora del Conservatorio Superior de Música de Canarias. El necesario (y antaño voceado) marco de colaboración entre la institución académica y los "buques insignia" de la cultura insular (Auditorio y Orquesta Sinfónica), suscita una reflexión matizada por parte de Esther Ropón. "Sé que se hacen esfuerzos y que hay complicaciones burocráticas, pero todo lo que se hace a mí me parece poquitísimo. No podemos seguir trabajando cada uno por separado, ello nos impide crecer como deberíamos, aprovechando nuestras orquestas, los recursos e infraestructuras disponibles", aduce.

"Nuestros alumnos deberían estar tocando en más sitios, y nuestros profesores también", añade; "resulta paradójico que en un contexto en el que se escucha la opinión de cualquier catedrático de universidad, apenas se preste atención al profesorado del Conservatorio".

"Cada uno debemos asumir nuestra parte de responsabilidad", concluye, "es necesario que cada cual se implique en este proyecto común, pero sobre todo deben dejar que nos impliquemos".