La imagen más difundida de Óscar Domínguez tiene que ver con su pintura, en la que el surrealista tinerfeño explaya su imaginación hasta límites subversivos y en la que cada imagen aflora al cuadro como reflejo, consciente o inconsciente, de su propio yo. Mucho menos conocida es aquella parte de su producción dedicada a los otros, es decir, las obras que Domínguez creó con algún fin utilitario o para ilustrar ideas ajenas.

Con el fin de divulgar esta faceta nace la exposición "Óscar Domínguez: una existencia de papel", que rescata al Domínguez dibujante, al ilustrador e incluso al publicista, sin descuidar al pornógrafo o al autor de portadas de libros y revistas. Un centenar de piezas conforman la muestra que hoy abre sus puertas en el TEA (Tenerife Espacio de las Artes) y en la que los dibujos salidos de la imaginación del artista lagunero dialogan con óleos, fotografías, collages, decalcomanías, aguafuertes y documentos audiovisuales.

Precisamente la idea del diálogo entre obras fue expuesta ayer en la presentación por el director artístico del TEA. Javier González de Durana convirtió su intervención en una defensa de la propia gestión en relación con el fondo de Óscar Domínguez y su carácter nuclear dentro del centro de arte.

"Creer que una parte del TEA debe estar dedicada de forma permanente a Domínguez amputaría la relación con otros centros (como la Fundación Picasso de Málaga, con la que hace dos años se realizó un intercambio). Una concepción del centro basada en el estatismo y la inamovilidad de las colecciones es propia del siglo XIX", adujo.

"Nuestra idea es que los fondos estén en constante movimiento, produciendo encuentros con obras pares y dispares, lejos de lecturas autistas de las obras aisladas en sí mismas", subrayó el responsable, para quien "subir y bajar los obras del almacén nos permite una actividad museística más rica".

González de Durana señaló que con la muestra que hoy se inaugura se retoma la difusión exterior del trabajo que el TEA realiza "de forma constante" en torno a Domínguez y su obra. "Hace tres años -recordó- inauguramos la colección y la sede con una triple presentación -Ideas de partida, La figura reclinada y Amigos y allegados-; después de aquellos diez meses intensos no habíamos vuelto a tener una exposición dedicada a Óscar Domínguez, lo que no quiere decir que no se haya seguido trabajando sobre él".

Lo puede atestiguar Isidro Hernández, comisario de la exposición y conservador de la colección del TEA, quien ha logrado junto a su equipo reunir las obras que conforman "Una existencia de papel". Un catálogo fundamentalmente basado en "el fondo propio", según reconoció el coordinador de Cultura del Cabildo de Tenerife, Cristóbal de la Rosa, pero al que se suman las aportaciones de fundaciones y coleccionistas privadas, además de las procedentes de instituciones como el IVAM valenciano, el CAAM de Las Palmas, las galerías Interart de Ginebra. Thessa Herold y Beaux Arts de París, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Hernández remarcó la omnipresencia del dibujo en la producción plástica de Domínguez y cómo su trazo adquiere la misma cualidad desbordante y transgresora de su pintura. "Excesivo es el surrealismo, excesiva es la estética de Domínguez y la poética que lo anima", concluyó el comisario de esta muestra que podrá visitarse hasta el próximo 16 de octubre.