La actriz conejera Goya Toledo retornó recientemente a su Canarias natal para ultimar en la localidad tinerfeña de Garachico el rodaje de "Maktub", el primer largometraje de Paco Arango. Toledo, que obtuvo su primer gran éxito en la gran pantalla por su papel en la cinta de Antonio José Bentancort "Mararía" (1998), con la que fue candidata al Premio Goya, mostró su "orgullo" por haber dejado alto el pabellón canario. Hizo extensiva esta afirmación "a todos los actores de aquí que han participado en la película porque lo han hecho muy bien, lo cual demuestra la gran cantera que tenemos en esta tierra dentro del mundo de las artes escénicas".

¿Cómo es su personaje en "Maktub"?

Mari Luz es una mujer sacrificada por el problema de la enfermedad de Antonio, su hijo, que es capaz de cualquier cosa para sacarlo adelante. Agradezco a Paco Arango que me haya dado esta oportunidad de construir un personaje tan complicado, que reúne dosis de comedia y también una gran vena dramática. Espero haberlo sacado adelante, aunque eso lo corroborará o no el público en los cines la próxima Navidad.Confieso que me emocioné cuando leí el guión y supe que debía encarnar a una mujer tan valiente, que ha parado su vida para salvar la de su hijo".

¿Qué destacaría de la película?

El propio Paco Arango la ha definido como un cuento de Navidad y estoy de acuerdo con él. Cuando empecé a conocer este mundo, a través de las visitas al hospital, me sorprendió ver a madres en apariencia muy contentas cuando estaban con sus hijos enfermos. No me pareció bien, pero luego comprendí que resulta fundamental transmitir alegría alrededor de este drama, muy duro, que llega a arrancarte un trozo de tu interior. Ahí está la labor vocacional de los voluntarios, de los médicos y enfermeras, de esos payasos que alegran la vida a estos niños con sus actuaciones y unas madres-coraje que transmiten su energía a diario para luchar contra algo tan terrible. He tenido la oportunidad única de poder conocer en persona a estas mujeres luchadoras que tienen una leyenda personal increíble y que tratan de quitarse a la muerte de en medio a base de fuerza y cariño.

¿Cómo le llegó la propuesta de Arango?

Somos amigos y hace tiempo que quería hacer una película basada en su trayectoria como voluntario en hospitales en la lucha contra el cáncer. Creo que fui de las primeras en tener el guión en las manos, hace como un año y medio, y desde entonces me empapé el papel. Luego, por fortuna, se ha podido filmar la película, que ahora mismo esta en proceso de montaje. El director quería, casi desde que diseñó el personaje, que yo fuera Mari Luz y le estoy muy agradecida.

¿Qué tal ha sido su relación con los compañeros de rodaje?

Extraordinaria, como con todo el equipo. Por ejemplo, Andoni Hernández, mi hijo Antonio en la ficción, es un trasto que me tenía loca, pero encantador, igual que sus padres, a los que he conocido durante el rodaje. Respecto al resto del equipo, ha sido tan intensa la relación durante los dos meses de trabajo que ahora mismo siento una especie de vacío cuando ha terminado. Uno pone mucho en cada personaje y pierde cuando lo abandona. No ha sido nada sencillo volver a la rutina y a lo cotidiano, aunque no queda otra.

La película trata un tema en principio bastante delicado.

Lo es y es algo que faceta a todo el mundo, pero he descubierto otras maneras de enfrentarse al mal que pueden ser hasta lúdicas o divertidas. Paco Arango trata el tema con el estilo, la clase y el buen gusto de quien lo conoce en profundidad. La historia muestra la lucha por la supervivencia de unos niños, el apoyo incondicional sobre todo de sus madres y del trabajo de unos profesionales. Toda esa mezcla, junto a elementos de comedia muy divertidos, son las claves de "Maktub".

¿Cómo cree que recibirá el público la película?

Creo que la gente no va a salir destrozada de la película porque mezcla el drama con lo cotidiano. Además del evidente sufrimiento, en "Maktub" también aparece reflejado el gran sentido del humor de las personas. Animo desde aquí al público canario a ir a verla.

Usted es canaria y ha vuelto estos días a la tierra. ¿Qué le sugiere este retorno?

En primer lugar, un gran orgullo porque creo que hemos dejado muy alto el pabellón de Canarias, pero no sólo yo sino todos los actores de aquí que participaron en el rodaje de la Finca El Guincho, en Garachico. Lo hicieron fantástico, igual que los miembros canarios del equipo. Esto demuestra que ha habido, hay y habrá cantera en el mundo de las artes escénicas. Por otro lado, este paisaje inspira, es todo un lujo y una maravilla que ha sido resaltada por todos los compañeros que han venido de fuera y que no lo conocían.