ENRIQUE GONZÁLEZ BETHENCOURT nació el 23 de septiembre de 1924 en El Toscal. Completó sus estudios de aparejador en la Escuela Politécnica de La Laguna, y pronto comenzó a trabajar junto a Enrique Rumeu de Armas, arquitecto municipal. Tras su paso por Bellas Artes, consiguió destacar en la pintura por su especialidad en marinas. Obtuvo un premio en pintura en Madrid, donde cumplió la Milicia. La fotografía era otra de sus aficiones y también cosechó varios premios en distintos certámenes.

La fiesta de la máscara de Santa Cruz de Tenerife estará siempre en deuda con Enrique González. Más allá de ser uno de los pocos nexos de unión con el viejo carnaval, gracias a su participación en la murga infantil Los Guanchi (1935) o a que se colaba en el local donde ensayaba la célebre murga de El Flaco, el maestro fue una de las cuatro personas clave para disfrazar el Carnaval como Fiestas de Invierno, en 1961, junto al entonces obispo de Tenerife Domingo Pérez Cáceres, el gobernador Manuel Ballesteros y el secretario de Información y Turismo Opelio Rodríguez.

Antes de la fundación de la histórica Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá, en 1961, Enrique González creó su primera murga en 1954: Los Bigotudos. Hacer un repaso por la vida de este ilustre carnavalero es hacerlo también por la propia historia del Carnaval. Fundador y director de Ni Fú-Ni Fá, ganadora de los cinco primeros premios de los concursos de murgas celebrados entre 1961 y 1965, el maestro contribuyó a la creación en 1972 del certamen de colectivos críticos infantiles, o la celebración de los primeros entierros de la sardina.

Entre las numerosas distinciones concedidas al padre de las murgas de Canarias, Enrique González recibió la máxima distinción del Carnaval, el Trofeo Opelio Rodríguez Peña, el 26 de enero de 1994, la insignia de oro, brillantes y rubí de su afilarmónica, el título de Fregolino de Oro o el nombramiento honorífico que le concediera el Real Club Náutico como Duque de La Noria y Grande del Carnaval, al que se añade la distinción concedida por la Casa Real. Y, claro está, el de Hijo Predilecto de Santa Cruz de Tenerife.

El 13 de mayo del 2010 falleció el padre de las murgas de Canarias, espejo en el que todo murguero y amante de la fiesta en general se miró y recreó, quedando prendado por el paso firme, elegante y marcado del maestro del género.