Tenerife Espacio de las Artes (TEA) de Santa Cruz acoge en la sala Área 60, destinada a fomentar y a promocionar la creación artística actual y que aspira a ser plataforma de jóvenes creadores, la exposición "El espacio que ocupa", de Rocío Arévalo, donde permanecerá hasta el 22 de mayo y con entrada gratuita.

Esta instalación, que según la propia artista es un "registro antropológico de espacios y de maneras de estar de las personas", es la primera muestra de las seis que se presentarán en este espacio expositivo bajo el comisariado de Ángeles Alemán y que girarán sobre el cuerpo y sobre las huellas que la vida, el tiempo o la historia dejan en él. La propuesta de Arévalo está integrada por una serie de veinte vídeos, por una proyección en gran formato y por tres objetos.

Ángeles Alemán señaló que Área 60 es "un proyecto muy estimulante" donde presentará una serie de muestras cuyo "leitmotiv" serán las diferentes huellas que el cuerpo ha dejado en el arte contemporáneo. Respecto a "El espacio que ocupa", su comisaria valoró que en este proyecto la artista haya apostado por una obra crítica y llena de ironía para hablar sobre los moldes imposibles que ha creado esta sociedad. "El arte como el espacio de reflexión ante la vorágine de un mundo devorado por la irreal belleza de un canon imposible".

Tras la comisaria de Área 60, Ángeles Alemán, quien de aquí a marzo de 2012 descubrirá en TEA Tenerife Espacio de las Artes los trabajos de Raquel Ponce, Monique Hoffman, Davinia Jiménez, Pérez y Joel y Mónica Sardiña, intervino Javier González de Durana, quien explicó que la creación de Rocío Arévalo plantea una reflexión sobre el ser humano como medida de todas las cosas y sobre su confrontación con el exterior.

Rocío Arévalo (Santiago de Chile, 1974), que en esta instalación se descubre a sí misma y a sus amigos y familiares midiéndose de una manera especial, aclara que "el proyecto no habla de las medidas del cuerpo sino del espacio que ocupa este cuerpo". En este sentido, comentó que "los medidores son una metáfora del hecho en sí, ya que las medidas reales del cuerpo son las que toman las costureras, los sastres o los médicos". Así, a través de las mediciones que aparecen en sus vídeos y en las que paradójicamente no existen los números y en las que no se buscan las llamadas medidas perfectas, sus personajes revelan parte de su personalidad y de su forma de ser mientras juegan a envolverse y desenvolverse en cintas métricas.

Esta creación es un registro de diversos espacios corporales a la vez que se convierte en una colección de espacios físicos, ya que cada uno de los protagonistas de los vídeos ha escogido el lugar-escenario en el que deseaba hacerse estas mediciones. En estas grabaciones, con distintas duraciones conforme al ritmo de cada personaje retratado, se destaca la idea del cuerpo como contenedor.