El cantante español Raphael conquistó hoy el Palacio del Kremlin con un concierto maratoniano de unas tres horas de duración con el que conmemoró el 40 aniversario de su primera actuación en la capital rusa.

Minutos antes de que hiciera su aparición en el escenario, los más de seis mil asistentes al concierto, en su gran mayoría mujeres, ya ovacionaban a Raphael con gritos en español y ruso de "guapo" y "querido".

La expectación del concierto fue tal, que el Palacio del Kremlin (6.000 asientos) tuvo que colgar el cartel de ''no hay billetes'' y colocar sillas adicionales para afrontar la demanda.

Raphael salió al escenario en medio de un ruido ensordecedor emitido por los gritos quinceañeros de las admiradoras sexagenarias soviéticas del cantante, vestido con su incombustible camisa negra y solo acompañado de una armónica.

"Ahora que tengo sus aplausos...", aseguró con una sonrisa Raphael al comienzo de la actuación, que se enmarca en la gira mundial "Te llevo en el corazón", que le llevará por toda América Latina.

Como era de esperar, su célebre "La Noche" puso al público en pie, que conocía de memoria el estribillo de la canción "Qué pasará, qué misterio habrá".

Ningún otro artista ha conseguido promover el español en Rusia y la Unión Soviética a lo largo de una triunfante carrera de 40 años como Raphael, que comenzó con el estreno de la película "Digan lo que digan" en 1969.

En su séptimo concierto en la capital rusa, Raphael se entregó en cuerpo y alma a sus admiradoras y en las tres horas de concierto no se tomó ni un pequeño descanso.

"Tranquila, abuela, tranquila", le decía un niño a una mujer que lloraba desconsoladamente de la emoción.

Tras interpretar "Rosas muertas de mi juventud", las admiradoras colmaron de flores el inmenso escenario del Kremlin hasta que el cantante tuvo que pedir espacio para continuar la actuación.

"Me estáis invadiendo y me vais a obligar a marcharme", dijo riéndose el artista, quien mezcló sus canciones más famosas con tangos, boleros y rancheras.

"Yo sigo siendo aquel, el mismo, el Rafael de siempre", dijo Raphael, tras lo que las admiradoras más fieles no dejaban de gritar "Raphael, Raphael, Raphael. Otra, otra, otra".

Llegó un momento en que los atronadores aplausos estremecieron la sala, que antaño oyó las ovaciones tras los discursos del secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).

En víspera del concierto, Raphael se reunió con varios cientos de admiradoras en el Centro Español de Moscú, adonde acudieron desde los lugares más recónditos de Rusia y hasta de otras repúblicas de la desaparecida Unión Soviética.

"Primero la película ''Digan lo que digan'' y luego la actuación de Raphael en el Palacio de Deportes en 1971, fueron para nosotras toda una revolución", dijo Olga Smetánina, seguidora del artista desde hace más de cuatro decenios.

Raphael mismo confesó en una entrevista en Moscú que ahora, con 69 años, disfruta mucho más de sus actuaciones que hace medio siglo.

"Cuando eres un chaval no te das cuenta de esas cosas. Ahora solamente el hecho de salir al escenario y enfrentarte así, de golpe, a diez mil o veinte mil personas, o a tres mil o dos mil, o las que sean, es verdaderamente excitante", dijo.

La prensa rusa no escatima estos días epítetos elogiosos cuando escribe de Raphael, quien hace cuarenta años rompió el telón de acero "junto al Real Madrid y Antonio el bailarín" y revolucionó el mundo musical soviético.