En su versión más ligera, las guerras napoleónicas llegan esta semana al Auditorio de Tenerife de la mano de "La hija del regimiento", una nueva producción del Festival de Ópera de Tenerife dirigida al público infantil y familiar que se representa hasta mañana en el Auditorio de Santa Cruz.

El tenor argentino Pablo Cameselle comparte protagonismo con la canaria Ruth González en este montaje dirigido en el plano musical por Alexis Soriano y en el escénico por Carlos Durán.

La ópera cómica de Donizetti se abre de este modo camino sobre el escenario tinerfeño, a donde está previsto que vuelva el año que viene bajo la batuta de José Miguel Pérez Sierra y, probablemente, con el tinerfeño Celso Albelo en el papel que interpreta Cameselle .

"Interpretamos la edición francesa de la ópera, esto es La fille du régiment, con algunos textos y recitativos en español y narración este idioma a cargo de una contadora que va hilando las distintas escenas -explica el cantante argentino-. Lógicamente se trata de una versión recortada a fin de que la obra resulte accesible al público más joven. No obstante, el espectáculo que presentamos es excelente".

Nacido en Buenos Aires, de padre gallego y madre italiana, Cameselle afronta este reto en la conciencia de que no se trata de un "compromiso menor".

"De ningún modo -afirma-. Estamos haciendo ópera para el público del futuro, para que los teatros no mueran y la tradición siga adelante".

"Todos los trabajos hay que acometerlos con la misma seriedad y profesionalidad", apostilla este cantante que vive desde hace dieciséis años en Viena y que gusta de integrar a los jóvenes en los espectáculos en los que participa, así el que ofreció el pasado mes de diciembre en Buenos Aires a beneficio de Aldeas Infantiles.

"Cuando era muy joven tuve ocasión de conocer a Alfredo Kraus y de recibir su lección de canto -recuerda Pablo Cameselle-. Para calibrar mi voz y prevenir que estuviera fatigada de cara a una próxima actuación, me preguntó si tenía algún compromiso cercano. Como sin darle importancia, le respondí que me esperaba un concierto en una iglesia. De inmediato, me corrigió: el público que irá a esa iglesia. dijo, es el que mañana irá al teatro, por lo tanto debe ser tratado con idéntico respeto".

El protagonista de "La hija del regimiento" no ha olvidado las palabras del tenor canario, al que recuerda como "un gran señor y todo un caballero".

Señorío y caballerosidad que, de algún modo, intenta transmitir al personaje de Tonio, el joven tirolés que se alista en el ejército francés solo para conseguir el favor de la huérfana Marie (Ruth Fernández), protegida de la soldadesca.

"Es un hombre enamorado e inocente, un poco como el Nemorino de L''elisir d''amore, que arriesga su vida para conquistar a la muchacha", sintetiza el cantante.

Cameselle rechaza la idea, aún muy extendida, de que la ópera es una manifestación "para ricos".

"Es una equivocación. La ópera puede gustar a todo el mundo. Cuando di clases para niños en Italia, muchos querían quedarse tras acabar el horario lectivo porque deseaban conocer el final. La ópera despierta gran interés, por eso hay que hacerla con amor e intentar abrir los ensayos a la gente", recalca.

El cantante, que se considera "un tenor belcantista, exclusivamente rossiniano", ha conocido ahora en Europa una crisis que ya pasó por Argentina con otras connotaciones.

"Todos mis antiguos compañeros han debido reingresar en coros o desempeñar otras profesiones para poder subsistir -manifiesta Cameselle-. Por lo que respecta a Europa, cada vez que se convoca una audición se presentan no menos de cuarenta tenores, todos buenos, todos preparados. La crisis está comportando grandes sacrificios en todas las profesiones. Los gastos aumentan, mientras que las ganancias o se congelan, o directamente, disminuyen".