La "catedral" erigida por el artista francés Jean Linard, una obra de coloridos mosaicos, animales imaginarios y figuras imposibles levantadas cerca de Bourges, en el centro del país, ha sido puesta a la venta por los herederos de su creador ante la falta de apoyo público.

El edificio, proyecto personal que Linard inició en los años sesenta y cuya finalización calculó que requeriría cien años "porque ese es el tiempo que se necesita para levantar una catedral", según dijo el artista en declaraciones recogidas hoy por "Le Monde", está ahora en manos de una inmobiliaria especializada en ese tipo de patrimonio.

Linard falleció en febrero de 2010 y dejó a los herederos ante la inmensa labor de conservar esa construcción, que comenzó como una pequeña capilla y se fue ampliando hasta ser una "iglesia" y posteriormente una "catedral", en la que resulta evidente la influencia del artista español Salvador Dalí.

La ausencia de una persona y de cuidados permanentes sobre el lugar, según el rotativo, dejó su huella ya en el primer invierno, lo que hizo que los descendientes acudieran a la comuna local para ver la manera de gestionarla.

Pero la respuesta insatisfactoria recibida entonces y en los intentos posteriores con otras instancias oficiales, incluido el Ministerio de Cultura, provocó que se haya optado por su venta, que los expertos comerciales citados por "Le Monde" calculan que tiene más salida entre los aficionados al arte de los países del Este.

No se ha facilitado, no obstante, el precio estimado de ese conjunto diseñado por Linard, considerado un poeta de la cerámica, y que no se olvidó de las tradicionales gárgolas, pero eligió conscientemente que su obra no tuviera techo, porque el cielo "era el único que le era digno, por ser constantemente cambiante".