"Los niños se han acostumbrado a llamarme María, no Silvia", asegura la actriz, bailarina y cantante Silvia Luchetti en referencia al rol que juega en el musical "Sonrisas y lágrimas", proyecto dirigido por el creador donostiarra Jaime Azpilicueta que esta noche se estrena, a las 20:30 horas, en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife.

Aunque guarda un notable parecido con Julie Andrews -la actriz británica que interpretó a María en la película de Robert Wise-, la institutriz que se hará cargo de la educación de los hijos Georg von Trapp en la versión teatral española, puntualiza que "siempre he tenido este físico, es decir, que no ha sido algo buscado... Además, yo también vivo en la montaña (ríe); en un pueblo que está cerquita de Madrid y en el que tengo caballos, cabras y hasta una huerta. Cuando hacía "La bella y la bestia" y "Los miserables" tenía que bajar todos los días a ensayar y a las funciones", apunta respecto a otra coincidencia con el cometido artístico asignado por Azpilicueta.

Respeto por un clásico

Luchetti está convencida de que la obra que hoy se programa por primera vez en España -con un presupuesto que supera los tres millones de euros- ha llegado a Santa Cruz en buenas condiciones: "El equipo ha trabajado muy duro de lunes a viernes en los ensayos previos. La dirección y la producción del musical ha sido muy respetuosa con las pautas marcadas por la Fundación Robert Bernstein. No solo se trataba de ser fiel con el formato original, sino que se ha trabajado muchísimo para hallar una conexión lo más exacta posible con el guión, los personajes, la música y todo lo que tiene que ver la escenografía. El equipo está ilusionado y con ganas porque interpretar a un clásico siempre supone una responsabilidad y en este caso hemos sido bastante respetuosos", asegura una artista que inició su formación en la Escuela Nacional de Danzas María Ruanova (Buenos Aires).

Actriz con una larga experiencia en el género musical, Silvia Luchetti es partidaria de "experimentar con diferentes registros para calibrar su capacidad interpretativa. "Ahora tengo un papel amable y dulce, pero en anteriores producciones me tocaron personajes menos generosos. Lo importante es que no te encasillen en el lado de los buenos porque algún día te verán en el otro bando", dijo sobre la interpretación que le tocó acometer en "Los miserables".

Silvia Luchetti es una especie de "termómetro" dentro del espectáculo que Azpilicueta estrenará hoy a escala nacional. Sus movimientos en el escenario giran, principalmente, en torno a los hijos del capitán Georg von Trapp. "Trabajar con niños es muy agradecido. No solo por lo que supone dar vida al papel de María, sino por la experiencia de tener que compartir un proyecto de esta dimensión con un grupo de estas características", dijo antes de matizar que "permanecer en un escenario con ellos te obliga a estar más despierta para impedir que haya sorpresas, pero es bonito estar con ellos y compartir lo que hacen... Los niños se han acostumbrado a llamarme María, no Silvia", añade una artista que se siente "orgullosa" de formar parte del primer elenco de "Sonrisas y lágrimas". "Estar aquí es bonito e inolvidable porque todo es nuevo y nunca acabas de aprender".

A pesar de no haber actuado con anterioridad en Tenerife, Luchetti sí que conoce la Isla debido a una experiencia formativa que tuvo en su Conservatorio -recibió clases del profesor Cubas- previo a uno de los proyectos escénicos que realizó en el pasado. "No he tenido la suerte de actuar en Tenerife, pero las sensaciones que me han transmitido los compañeros que conocen al público tinerfeño son positivas", dijo cuando aún ensayaba la puesta en escena de "Sonrisas y lágrimas" en la localidad madrileña de Arganda del Rey.

Respecto al elenco de actrices y actores elegido para dar vida por primera vez en España a "Sonrisas y lágrimas", la intérprete destaca la buena relación que se ha creado en el seno del equipo.

"Hemos hecho piña y el resultado en lo personal ha sido muy bueno, ya que nos hemos divertido viendo cómo crece un musical que al día de hoy no tiene demasiados secretos para nosotros, puesto que los hemos ido descubriendo conforme iban avanzando los ensayos", precisa Luchetti.

Silvia, como el resto de los componentes de este proyecto, cree que el musical que ha moldeado Jaime Azpilicueta "es un clásico del género y, con independencia de que pueda gustar más o menos, el director ha trabajado muy bien la esencia que ha transmitido siempre la Fundación Robert Bernstein, valora segundos antes de insistir en la idea de que "todo se ha hecho de forma impecable".

Precisamente, sobre la precisión escénica que impera en esta versión madura otra de las reflexiones de Silvia Luchetti. "En España, a veces, se han adaptado clásicos a la escena teatral y se ha desmejorado la idea original. Este no es el caso de Sonrisas y lágrimas, puesto que se ha medido muy bien la importancia que tiene este proyecto en todo el mundo. En ese sentido, cualquier producción de este nivel supone un paso adelante dentro de la oferta cultural", agradece la actriz que en el pasado realizó el papel de Chistine en la versión española de "El fantasma de la ópera" que se representó en el Teatro Lope de Vega de Madrid.

"Girar por todo el país antes de acabar en Madrid no es habitual, pero el reto es hacerlo igual de bien siempre", precisa Luchetti sobre la estrategia que han usado los productores de "Sonrisas y lágrimas" para dar a conocer este musical en España: "A mí personalmente me parece interesante que hayan elegido empezar fuera de Madrid, ya que es una oportunidad magnífica para dar a conocer un espectáculo que se acabará instalando en la capital. Para los intérpretes es muy reconfortante que se vaya creando una crítica en las ciudades en las que se estrena la obra. Además, Tenerife es un buen lugar para dar a conocer este proyecto", asegura.