El pintor cubano José Bedia inaugura mañana en Madrid la exposición "Entre dos mundos", que reúne más de treinta dibujos inspirados en su visión de las culturas indígenas americanas, cuya exploración le ha servido para comprender que "los humanos tenemos más afinidades que diferencias".

La Casa de América ha sido el recinto elegido para exhibir las obras de un artista cuyo trabajo "complejo e intenso" realiza una labor antropológica, en opinión de la comisaria de la muestra, Isabel Durán.

"Transporta sus vivencias a un lenguaje artístico para hacernos ver a los demás una realidad", señala la responsable de una muestra que contiene ecos de las culturas cheroqui y siux.

Por su parte, Bedia denuncia que estos grupos indígenas no están siendo protegidos y "sobreviven de puro milagro" gracias a la "tenacidad y la fuerza" que los caracterizan. "A la vez son tremendamente frágiles, cualquier cosa que uno traiga de fuera les puede alterar", matiza.

Las primeras incursiones sobre el terreno del pintor, cuyas obras se exponen en museos como el MoMA o el Guggenheim de Nueva York, datan de mediados de los ochenta, siendo una de las más importantes la que vivió como militar del ejército cubano desplazado en Angola.

"En el interior del país tenía que convivir con la población", recuerda de una experiencia que despertó su necesidad de "comprender y respetar" a los nativos.

Para ello, José Bedia trata de visitar varias veces el mismo lugar en periodos de "entre dos semanas y tres meses", tratando de establecer un vínculos con los habitantes y de observar los cambios que se producen en unas culturas cuya viveza trata de retratar.

El plato fuerte de esta exposición, cuyos dibujos han sido realizados en pliegos de papel amate fabricados a mano, es la instalación efímera que el artista ha pintado con las manos en uno de los muros de la sala.

"Se trata de una figura gigante que se vuelve paisaje", señala Bedia, quien destaca de este trabajo los "elementos tridimensionales que salen del cuadro", convirtiendo al resto de las piezas reunidas en sus "bocetos".

Afincado en Miami desde 1993, recuerda que decidió abandonar Cuba a causa de la "situación anquilosada tanto política como económica" que registra la isla.

"Si no tomaba esa decisión me iba a ver atrapado en esa especie de inercia nacional", confiesa antes de aclarar que no se plantea volver a su país natal mientras se mantengan las "condiciones actuales".

En los últimos tiempos el pintor está estudiando la zona amazónica y el norte de Perú, áreas geográficas que, en su opinión, coinciden con "culturas muy específicas".

"Entre dos mundos" se inaugura mañana en las salas Frida Kahlo y Diego Rivera de la Casa de América de Madrid y se mantendrá allí hasta el 18 de marzo.