Una exposición de pintor y escultor milanés Adolfo Wildt fue inaugurada hoy en la ciudad italiana de Forli, en la región de Emilia-Romagna, dentro de un ciclo de muestras que organiza la localidad para homenajear el Novecento italiano y europeo durante los próximos dos años.

La exposición "El alma y la forma entre Miguel Ángel y Klimt", que se exhibe en el museo San Domenico de Forli, muestra algunas esculturas y pinturas del autor centradas en el período posterior a la exhibición de Wildt en 1921 en la galería Pesaro de Milán.

La muestra recoge las esculturas más renombradas que el autor realizó en bronce y mármol y las compara con obras de los artistas que le sirvieron de inspiración desde la Antigüedad hasta el siglo XX, como las esculturas y pinturas de los novecentistas Grubicy, Previati y Casorati.

Además, el museo desgrana el recorrido artístico del milanés a través de sus bocetos y de los diseños que realizaba.

La trayectoria Wildt (1868-1931) está marcada por una personalidad atormentada influenciada por el sentimiento de religiosidad y una necesidad de búsqueda que le llevó a abrazar corrientes como el simbolismo, como reflejan sus esculturas "Máscara del dolor", "Máscara del idiota" o "Trilogía".

Como representante del Novecento italiano, Wildt consiguió exponer sus obras en las principales instituciones del país y en grandes capitales europeas, como Mónaco, Berlín o Dresde, donde el mercado de coleccionistas le acogió de buena gana y el artista milanés encontró a su mecenas, el prusiano Franz Rose.

A través de su mecenas, Wildt entra en contacto con la cultura alemana del Novecento, que es una corriente artística del siglo XX que propugnaba una estética basada en un lenguaje visual de formas sólidas y bien definidas y se inspira en la tradición pictórica.

Según el crítico del diario italiano "La Repubblica", Cesare de Seta, Wildt era un artista voraz que juntaba la inspiración de la Antigüedad con artistas muy posteriores del Renacimiento y del Barroco como Miguel Ángel o Bernini.

La comisaria de la exposición, Paola Mola, pone de relieve el afán del escultor italiano por juntar estilos artísticos aparentemente irreconciliables como el Gótico y el Barroco, el Clasicismo y el Manierismo o el Expresionismo y el Simbolismo.

Según la comisaria, en las esculturas de Wildt puede apreciarse de "una religiosidad y una elocuencia nuevas" que le hacen sobresalir entre los artistas del momento.