El 1 de febrero de 1937 el cuerpo sin vida del poeta local Domingo López Torres fue arrojado al litoral tinerfeño después de ser asesinado. Sus verdugos metieron sus restos en un saco -otros compañeros corrieron la misma suerte- y ahogaron su obra durante años. El realizador Miguel G. Morales ha recuperado la memoria del creador olvidado con el documental "Los mares petrificados", un proyecto al que le puso música el güimarero Pedro Guerra.

"Lo más difícil ha sido no caer en una postura reivindicativa centrada exclusivamente en el asesinato del poeta y los pensamientos políticos de los cobardes que tiraron su cuerpo al mar", argumentó el cineasta en una rueda de prensa en la que se ofrecieron los detalles del estreno que se podrá ver esta noche, a partir de las 20:30 horas, en el teatro Guimerá de la capital tinerfeña. En el acto estuvieron presentes Alberto Delgado, viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, y Julio Pérez, primer teniente de alcalde del consistorio de Santa Cruz de Tenerife.

"Esta es la historia más bonita que me he encontrado desde que me propuse comenzar a trabajar el círculo de la revista Gaceta de Arte", aseguró Morales respecto a una historia que se cruzó en su vida de manera inesperada. La sobrina de Maruca Reyes, prometida de Domingo López Torres, le enseñó a Miguel Morales el contenido de una caja de bombones en la que había un manuscrito, fotos, entradas de cine... Este "tesoro" fue protegido por Luchi Pérez Reyes durante más de ochenta años. "Lo que encontramos en la caja tenía un valor incalculable y sobre esos documentos, dado que no existen demasiadas fuentes que contrastar, empezamos a dar forma a un documental con el que hemos querido saldar una deuda importante en la Historia de Canarias: la de recuperar a un creador que fue borrado de la faz de la tierra por unos asesinos", destacó el impulsor de "una obra grabada en blanco y negro por la crudeza de la historia", añadió.

Miguel G. Morales, que ha dirigido media docena de audivisuales centrados en personalidades de la revista Gaceta de Arte, dijo que "Los mares petrificados" es su trabajo más "íntimo y sobrio". "Cada vez que afronto un documental de estas características es necesario contar el entorno de estas personalidades y, aunque el personaje cambie en cada relato, la idea predominante sigue teniendo un sitio de privilegio en el desarrollo del guión", explicó el tinerfeño.

El güimarero Pedro Guerra es el artífice de una banda sonora de un documental en cuya realización ha participado más de un centenar de profesionales. "Mi participación en el documental se divide en dos partes. Una está vinculada de forma directa con la música que les puse a unos poemas -cinco composiciones que formaban parte de un manuscrito de Domingo López- y una segunda parte que tuvo que ver con la música incidental (sonidos que acompañan a las imágenes)... El resultado es muy interesante no solo por destacar la personalidad de un autor olvidado, sino porque de alguna manera participamos en un capítulo que nos permite rescatar la memoria histórica", admitió el compositor tinerfeño.

"Domingo López Torres era un desconocido para mí, entre otras cosas porque los que arrojaron su cuerpo al mar trataron de silenciar su voz y casi lo consiguen. Él no solo fue un poeta de vanguardia sino que creía en la revolución social", reconoció Guerra antes de realizar una última observación. "En sus canciones populares infantiles siempre estaba presente el mar al que finalmente le lanzaron después de quitarle la vida", comentó.

El poeta olvidado

La obra poética de Domingo López Torres está concentrada en un par de libros de edición póstuma: "Diario de un sol de verano" y "Lo imprevisto". El ensayista tinerfeño, nacido en 1910, fue una figura relevante para comprender el sentido de la revista Gaceta del Arte.

Amigo personal de Óscar Domínguez, López Torres se convirtió en una pieza clave para organizar la segunda exposición Surrealista (1935). Preso por defender sus ideas políticas, en la cárcel escribió el poemario "Lo imprevisto", una joya de la literatura canaria que continúa siendo una pieza desconocida por buena parte de la población. El periodista Leoncio González es el autor del guion de un documental ("Los mares petrificados") en el que se ponen en valor los sucesos que precipitaron su muerte prematura (29 años).

Antes de ser fusilado en el año 1937, López Torres sufrió un accidente de barco -en una zona bastante próxima a la que lanzaron su cadáver los leales al régimen franquista- en el que perdieron la vida dos de sus compañeros. Él salvó su vida, pero el destino quiso que su final estuviera ligado a su última tumba, el mar.