Mismo número de premios, cinco, aunque un claro vencedor. Lo que comenzó de forma muy prometedora para Martín Scorsese y "La invención de Hugo" se convirtió según avanzaba la ceremonia en la gran noche de "The Artist". La película de Michel Hazanavicius se alzó con los premios principales incluyendo los de mejor película, director y actor protagonista (Jean Dujardin).

En cuanto a los españoles, no hubo suerte ni para Alberto Iglesias ni para "Chico y Rita" y nuestro cine tuvo que conformarse con el premio al mejor guion original para Woody Allen por "Midnight in Paris", una coproducción patria.

"And the Óscar goes to... The Artist". Fue Tom Cruise el encargado de pronunciar la frase que coronaba a la película que relata el declive de una estrella del cine mudo ante la llegada del sonido como la gran triunfadora en la 84ª edición de los premios de la Academia de Hollywood.

La cinta francesa, una producción muda y en blanco y negro, se alzaba en ese momento con el premio a la mejor película y culminaba su gran noche. "The Artist" se impuso a las otras candidatas al gran galardón: "Moneyball: Rompiendo las reglas", "Tan fuerte, tan cerca", "Midnight in Paris", "Criadas y señoras", "El árbol de la vida", "Los descendientes", "War Horse" y, sobre todo, a "La invención de Hugo", la otra gran favorita y producción con más nominaciones (once).

La noche empezó a torcérsele a Hugo y a sonreírle a "The Artist" cuando Hazanavicius se hizo con la estatuilla a mejor director. Fue el primer y definitivo golpe encima de la mesa de la producción francesa, que a esas alturas de la gala perdía por un contundente dos (banda sonora y vestuario) a cinco frente al filme de Scorsese. Hasta entonces "La invención de Hugo" se había hecho con el Óscar en casi todas las categorías técnicas (Mejor fotografía, Mejor sonido, Mejores efectos sonoros, Mejores efectos visuales y Mejor dirección artística). Pero cuando llegaron los premios importantes, la suerte sonrió a "The Artist". "Ahora mismo soy el director mas feliz del mundo", exclamó Hazanavicius, que le dedicó su premio hasta en tres ocasiones a Billy Wilder. Un detalle que a Fernando Trueba, seguro, no le pasó desapercibido desde el patio de butacas del antaño Kodak Theatre.

A partir de ahí, la noche siguió hablando con acento francés. Y es que luego fue Jean Dujardin, que presumió de sonrisa, gomina e inglés con marcado deje galo en un discurso que comenzó con un sonoro "I love your country". Era también su noche, la noche del primer intérprete francés que se alza con la estatuilla al mejor actor protagonista. Más tarde todos los miembros de la película allí desplazados, incluido Uggie, el entrañable perro robaplanos y salvavidas, subieron al escenario a recoger el premio a la mejor película.

En el tramo final, y decisivo, de la gala solo Meryl Streep robó algo de protagonismo a la película francesa. Y es que la actriz se llevó su tercer Óscar más de treinta años después de hacerse con la estatuilla por "La decisión de Sophie" (1982).

"Cuando han dicho mi nombre me he imaginado a medio Estados Unidos diciendo: ¡Ay!, no, ella otra vez, no", bromeó al recoger su premio a la mejor actriz protagonista por su papel en "La dama de hierro", donde encarna a la ex primer ministro británica Margaret Thatcher. Su tatcherizacion le valió también el Óscar al mejor maquillaje para la producción británica.

Otro que llevaba tiempo persiguiendo al tío Óscar era Christopher Plummer, que se llevó el premio al mejor actor de reparto por Beginners (Principiantes). "Sólo tienes dos años más que yo, ¿dónde has estado toda mi vida?", le dijo entre risas a la estatuilla el actor, que, con 82 años, se convierte en el intérprete de más edad en recibir el Óscar.

Uno de los momentos más lacrimógenos de la noche lo protagonizó Octavia Spencer, ganadora del Óscar a la mejor actriz de reparto por su trabajo en "Criadas y señoras". La actriz rompió a llorar desconsolada al recibir la estatuilla de manos del Batman Christian Bale. "Me estoy volviendo loca. Gracias al mundo. ¡Os quiero!", acertó a decir entre pucheros.

En cuanto a la suerte que corrieron los representantes españoles, el único que no se fue con las manos vacías fue Woody Allen, que con "Midnight in Paris", coproducción española, se llevó el Óscar al mejor guion original. Es el cuarto premio de la Academia que recibe Allen, que como era de esperar ni apareció por la gala ni encargó a nadie que fuera a recogerlo.

En la categoría de mejor película de animación, la estadounidense "Rango", del director Gore Verbinski, dejó sin premio a la mejor película de animación a la española "Chico y Rita", de Fernando Trueba y Javier Mariscal. Por su parte, el compositor español Alberto Iglesias, candidato por "El Topo", se ha quedado sin el Óscar a la mejor banda sonora, que finalmente fue a parar a manos del francés Ludovic Bource por "The Artist".

Otros premiados fueron Alexander Payne, Nat Faxon y Jim Rash, que se llevaron el Óscar al mejor guión adaptado por el libreto de "Los descendientes". "Undefeated", de TJ Martin, Dan Lindsay y Rich Middlemas, fue premiado como mejor documental y Kikr Baxter y Angus Wall consiguieron subir al escenario con su trabajo en "Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres", premio al mejor montaje.