Aleix Gordo acaba de publicar "Sincronías", un puñado de historias interrelacionadas por el universo gráfico del Tarot que se han convertido en el trabajo más personal de este artista, ilustrador y muralista que se considera, ante todo, dibujante, y el cómic, "lo máximo a lo que se puede aspirar".

"En el cómic puedo hacer lo que quiera; no necesito miles de extras para hacer la Batalla de Waterloo. La industria no da para vivir, pero tengo la suerte de trabajar como ilustrador y no tengo la necesidad de emigrar. En Estados Unidos tienen unos sueldazos, sí, pero los superhéroes no me interesan", explica Aleix Gordo, en un rato libre entre firma y firma de ejemplares.

Y es que "Sincronías" (Panini) es un trabajo muy particular, que surge de la necesidad de "crear algo que le llegara, que tratara acerca de temas cotidianos, de cosas que nos suceden a todos", prosigue este artista barcelonés, que reconoce que esta forma de crear, solitaria y con pocas "interferencias externas", le colocó ante una "ruleta rusa".

"Nunca sabes si todo el esfuerzo invertido acabará convirtiéndose en un objeto de papel y tinta", admite al hablar del proceso de creación de "Sincronías", que partió de las ganas de contar un montón de historias, para las que no encontraba hilo conductor.

Entonces, se topó con un libro de Alejandro Jodorowsky sobre el Tarot. "No sé como sucedió, por mucho que intento recordar cuál fue el momento exacto, no consigo recordar cómo acabé utilizando el Tarot como herramienta de guionización. En este punto es cuando os empezáis a plantear hasta qué punto estoy loco", explica Gordo en el epílogo del cómic.

Y es que, la estructura del Tarot le sirvió para interrelacionar las historias, porque "fuera quien fuera quien lo inventó, era una catedral de la simbología occidental", con grandes recursos narrativos y correspondencias.

Para Gordo, "de alguna forma u otra todo está relacionado y los sucesos que parecen relevantes, al igual que los que nos pasan desapercibidos, son fruto de muchísimas cosas, tantas, que dudo mucho que el ser humano pueda descifrarlas... aunque por otra parte tampoco tiene mucho sentido hacerlo".

Así, en "Sincronías" pasamos de la pérdida de una cartera a un repentino parto en un ascensor averiado, o a la entrega de un prestigioso premio a un profesional de éxito sin afectos personales. Y todo, en unas viñetas plagadas de detalles para ir descubriendo en una segunda lectura, porque la realidad de los personajes se construye a partir de las cosas que les rodean.

Aleix Gordo ha terminado recientemente un mural de 213 metros cuadrados en un hotel de Barcelona -que se inaugura este mismo mes con obras de diversos artistas gráficos-, y reconoce que, puestos a soñar, le encantaría "pintar un mural gigante en el muro que separa Israel y Palestina".