El 28 de octubre de 2008 una somera nota, enviada a última hora de la tarde, informaba a los medios del nombramiento de Giancarlo del Monaco como director artístico del Festival de Ópera de Tenerife, a veces llamado "Ópera de Tenerife". No hubo entonces presentación, como si el "fichaje" de una gran estrella de la dirección escénica tuviera un matiz vergonzoso o no merecería el menor relieve público. Casi cinco años después, se alcanza un nuevo hito en la política de secretismo y silencio, ya que el italiano es relevado "sin luz ni taquígrafos" y privadamente, casi con el mismo sigilo con que fue nombrado, se le comunica mediante una carta algo más que escueta que se prescinde de sus servicios "por motivos económicos".

La explicación, que pudiera ser comprensible a tenor de la crisis, deja mucho que desear en las formas, a juicio de Giancarlo del Monaco. El director veneciano constata que hace unas semanas recibió "tres líneas" firmadas por los responsables de las entidades organizadoras, Gobierno de Canarias, Cabildo de Tenerife y Asociación Tinerfeña de Amigos de la Ópera (ATAO). "Eso es todo lo que les merece mi trabajo", lamenta.

"Todo empieza y todo acaba -dice en referencia a su cometido-. El problema es la forma bárbara y maleducada en que se ha hecho. Nunca me había pasado algo así. El trato que he recibido es indigno de un teatro".

Desde Israel, donde actualmente dirige las representaciones de "Carmen" en el Festival de Masada, Del Monaco afirma que durante meses intentó ponerse en contacto con dichos responsables, "sin que nunca me cogieran el teléfono, ni una sola llamada".

El director, que en las últimas ediciones del festival había firmado producciones de "Madame Butterfly" y "Tosca" discutidas por un sector del público, dice que si el problema era el dinero, él había hecho una propuesta para "hacer una única producción gratis", ya que, agrega, "conozco gente que habría venido a Tenerife renunciando a su caché".

"Nunca me contestaron", sentencia, convencido de que su único propósito era "salvar el festival".

Relación zanjada

"Todo lo que he hecho durante este tiempo ha sido echado abajo; el público creía en mi propuesta, de lo contrario no se habría vendido el cien por cien de las entradas para Rigoletto y Tosca. Han acabado con mi trabajo por ignorancia y porque en el fondo no les importa".

Cuando se le pregunta quiénes son los que han dado al traste con su labor, responde lacónicamente: "Quienes han tomado esta decisión".

"Creo que tenía buena relación con todos, con Alberto Delgado (viceconsejero de Cultura), con Cristóbal de la Rosa (responsable de Cultura del Cabildo), con José Luis Rivero (director artístico del Auditorio)... por eso no puedo entender que no me hayan cogido el teléfono en cuatro o cinco meses. Es como si me dijeran: de ustedes no queremos nada" .

Ese plural incluye a Jorge Rubio, jefe de producción del festival, asimismo relevado de sus funciones.

Y es aquí donde la indignación de Giancarlo del Monaco sube de tono. "Su contrato, como el mío, decía que si prescindían de nuestros servicios esa decisión debía ser comunicada antes de transcurrido un mes después de la finalización del festival; de lo contrario -precisa-, el acuerdo quedaba automáticamente prorrogado. En cambio, se nos ha comunicado de esa forma seis meses después".

"Yo no voy a caer en miserias, pero si él decide ir a un abogado puede pleitear", afirma Del Monaco, que amenaza también con una denuncia en el caso de que se utilice su nombre para el próximo festival.

Otra "Traviata"

El director italiano había previsto para la temporada de otoño dos obras de Giuseppe Verdi, concretamente "Don Carlos" y "La Traviata". Todo apunta a que será otra producción de "La Traviata", no la suya, la que integre el cartel junto a una producción para niños y un recital lírico, aspecto que aún está pendiente de confirmación.

Siempre según Del Monaco, "Don Carlos era una coproducción de Tenerife con grandes teatros de Bilbao, Sevilla y Oviedo, de la que quedaban pendientes de sufragar 40.000 euros", cantidad que se suma a los "80.000 que se deben al compositor y libretista de Vacaguaré", ópera de tema canario cuya producción ha sido diferida en las últimas temporadas.

De su ideal inicial quedaría "La Traviata", pero no la coproducida con la Ópera de Montecarlo "sino otra realizada a través de Bolonia".

"Serias dudas"

Giancarlo del Monaco quiere que sus palabras traduzcan su enorme enfado y su forma de ser, que califica sin ambages de "agresiva".

En esa línea, desliza la sospecha de que, tras su cese, existe una intriga encaminada a que "otros" cojan o retomen el timón del festival. "Gente que quiere meter la pata en el teatro", apostilla.

"Yo tengo mucho trabajo. Si no me quieren en Tenerife, iré al MET de Nueva York, a Montecarlo, Florencia o Pekín", recalca. "El problema será en todo caso para el festival de Tenerife, porque tengo serias dudas acerca de cuál será su futuro. Conmigo como director este festival ha recibido premios de la lírica por sus producciones, sin olvidar -insiste- los llenos conseguidos en las últimas ediciones. Ahora, todo eso ha sido destrozado. Entiendo, pues, que lo que quieren es que el festival vuelva ser el ciclo menor y provinciano que era antes de que yo llegara".

Con independencia de estas valoraciones, lo cierto es que la colaboración entre el festival tinerfeño y el controvertido director italiano se ha cerrado "de un portazo". Ahora se abre un nueva etapa, marcada indefectiblemente por las restricciones y por ajustes de cuentas económicos que no solo afectan a Del Monaco. Continuará.