"La dimensión del valor hay que entenderlo desde múltiples dimensiones". El Códice Calixtino, que data del siglo XII, no es únicamente el primer mapa que guió a los peregrinos hasta la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, sino que es también una obra de valor "identitario" y "clave" en la historia del hombre y del arte.

Las palabras que así lo definen pertenecen al decano de la Facultad de Historia de la Universidade de Santiago de Compostela, el profesor Juan M. Monterroso. En declaraciones a Europa Press, también afirma que se trata de una obra que, sin entrar en comparaciones, equivalente al Pórtico de la Gloria en el plano arquitectónico, o las Cantigas de Santa María de Alfonso X ''El Sabio'' o al Beato de Liébana, en cuanto al valor artístico.

Desde que el Codex Calixtinus (en su denominación latina) fue copiado por, al menos, cuatro manos, hasta que la Policía lo ha recuperado en una bolsa de plástico en un trastero, el libro experimentó varios cambios e incluso pérdidas de folios y tuvo que ser ''arreglado'' a lo largo de la historia.

Las anotaciones del deán que han servido para identificar la autenticidad del libro, también han permitido saber que, a lo largo de la historia, este manuscrito ha sido leído ininterrumpidamente durante hasta mediados del siglo XVI. Pero cayó en olvido hasta que a mediados del siglo XIX, cuando se volvió a descubrir de nuevo por el canónigo archivero de la Catedral de Compostela, Antonio López Ferreiro, si bien se dio a conocer al público, finalmente, por el jesuita Fidel Fita y Aureliano Fernández Guerra.

UN CAMBIO DE MENTALIDAD

"Es la historia, y la historia del arte", describe el responsable de la facultad compostelana, quien asegura que el Códice explica un "cambio de mentalidad" en el discurrir de los tiempos. Por eso, es "clave" en la historia del hombre, y del arte.

El Códice reúne consejos, la ruta jacobea, las costumbres de los lugares por los que pasa el Camino...., pero también contiene los sermones, los milagros de Santiago, miniaturas iconográficas que desvelan un nuevo estilo artístico en la zona occidental en la plástica románica.

Por ello, el Códice tiene un valor fundamental en la cultura religiosa, en el ámbito artístico y en la historia, a los que hay que sumar "el valor de identidad". "Es una pieza clave en el Camino y en la ciudad de Santiago, es una de las piezas identitarias", asegura el profesor Monterroso.

Ahora la obra volverá a la Catedral, de donde se echó en falta en julio de 2011, hace ahora un año. Y ese es el lugar en el que Monterroso estima que, con las medidas y condiciones de visitas pertinentes para su buena conservación, debe permanecer: "La obra tiene que estar en el sitio para la que fue concebida. En otro lugar no tiene sentido".

TESOROS CUSTODIADOS POR LA IGLESIA

La joya bibliográfica que permaneció desaparecida durante el último año es considerada por los expertos como uno de los cuatro códices con mayor valor que custodia la Iglesia en España.

Al respecto, el especialista en facsímiles y réplicas de códices, Manuel Moleiro, asegura que su valor "es incalculable" y, con una visión pragmática, señala que este tipo de piezas "sobreviven no por su valor cultural, sino por su valor económico por ser algo excepcional".

Moleiro, quien es originario de Ourense y en 1994 pudo ver de manos del deán de la Catedral, José María Díaz, el Códice Calixtino, lo sitúa como la tercera pieza bibliográfica custodiada por la Iglesia con más valor.

Así, en primer lugar apunta a la Biblia de San Luis, que se conserva en la Catedral de Toledo; en segundo, se decanta por el Beato de Liébana o Códice de Girona; mientras que en tercer lugar ubica el Liber Testamentorum de la Catedral de Oviedo.

No obstante, subraya que el Códice Calixtino de la Catedral de Santiago de Compostela tiene un valor "incalculable" y que por ello ahora que ha sido recuperado deben ser reforzadas las medidas de seguridad que preservan su supervivencia.

Al respecto, aboga por que los previsibles flujos de visitantes que se trasladarán a la Catedral interesados por a historia del Códice sólo puedan ver una copia y que incluso a los especialistas tan sólo se les permita entrar en contacto con ediciones facsímil, "pero bien hechas". "Hay que tomar todo tipo de precauciones, como se hace en otras instancias que también albergan obras del patrimonio de semejante envergadura", ha indicado.