La crisis pasa factura a todo el sector cultural, y a esta realidad tampoco escapa el Festival de Música de Canarias, que durante veintiocho años ha sido buque insignia de esta área en el ámbito del Archipiélago y uno de los principales eventos musicales a escala nacional. Por ello, su actual directora, Candelaria Rodríguez, no deja de lamentar la tradicionalmente escasa aportación del estado a un ciclo que, a su juicio, podría llamarse "Festival de Música de España", dada su trayectoria y calidad.

Pero los hechos son tercos. El festival, que antaño programaba hasta setenta conciertos, ha visto reducido ese número hasta los cincuenta y siete de la pasada edición, de los que se pasará a tan solo cuarenta y dos en 2013.

Estas cifras menguantes son reflejo de unas cuentas igualmente decrecientes. Según explica Candelaria Rodríguez, el presupuesto estimado para la próxima edición sería el resultado de la aportación del Gobierno autónomo (1,5 millones de euros); del patrocinio (que asciende a 100.000 euros); de la citada aportación estatal vía Inaem (80.000 euros) y la venta de entradas y abonos (entre 500 y 600.000 euros previstos, casi la mitad del taquillaje del pasado año, diferencia que se explicaría por el menor número de conciertos programados).

"Es difícil programar cuando el presupuesto decrece", admite la directora del festival. "Cuando sabes que trabajas sobre una previsión económica susceptible de sufrir recortes es como si tuvieras encima la espada de Damocles".

Preguntada por si el formato actual del evento se ajusta a su idea de un festival más ajustado en cuanto a su estructura, aduce: "Si yo tuviera el presupuesto que había antaño habría hecho otras cosas: abrir el festival a otros espacios, darle otra dimensión. En cambio, en la situación actual dispongo de muy poco margen. Es como si te obligasen a tirar un solo dardo a la diana sin posibilidad de fallo".

Candelaria Rodríguez tiene claro que, en el contexto actual, se precisa "trabajar el festival como un elemento de atracción turística referenciado a Canarias".

"Hemos presentado el festival en la Feria de Turismo de Berlín y tenemos más de cuarenta touroperadores esperando nuestra programación para organizar los viajes de sus clientes. Nos han pedido incluso giras por el Archipiélago, ya que saben que el festival llega a todas las islas. Este aspecto -enlaza respecto a su anterior reflexión- lo potenciaría mucho mucho más si contase con un presupuesto mayor, pero hay que manejarse con los recursos disponibles actualmente e intentar que no se pierdan los avances realizados por el festival tanto en el plano cultural como turístico".

Ese intento está vinculado a otro, y es "impedir que el estado nos deje a un lado". Se refiere Candelaria Rodríguez a la aportación anual que el ciclo canario recibe del Ministerio de Cultura a través del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem). La gestora lamenta, en este sentido, la menor contribución que reciben respecto a citas musicales como la de Granada y San Sebastián; máxime cuando, subraya, "nuestro festival, por el prestigio internacional alcanzado, casi debería llamarse Festival de Música de España".

Sí al festival paralelo

En tiempos de bonanza económica, llegó a plantearse la supresión del Festival en las Islas, que organizativamente estuvo en el alero en 2004, cuando la muestra se llamamaba "Otros escenarios" y motivó la intervención de altas esferas del Gobierno para evitar su supresión.

Candelaria Rodríguez responde con un "no" rotundo cuando se le pregunta si los recortes le han llevado a replantearse la continuidad de la muestra en las islas no capitalinas.

"Todo lo contrario -afirma-. Mi apuesta personal está precisamente ahí, de hecho creo que hemos conseguido que los intérpretes que participan en el festival en las Islas tenga el mismo nivel de calidad que los que acuden a los auditorios principales. Figuras como (la violinista) Ann-Sophie Mutter o (el director de orquesta) Zubin Mehta nos han trasladado su sorpresa al ver cómo un grupo tan prestigioso como Il Giardino Armonico va actuar a La Gomera o a La Graciosa. Creo que esto añade un elemento más de singularidad a nuestro festival, el único ciclo europeo de invierno que, además, se realiza en todo un archipiélago, algo que es único en el mundo".

En cambio, Candelaria Rodríguez sí se ha visto obligada a poner freno a otras extensiones del festival. "Habíamos impulsado el festival en los sures, pero (debido a los recortes) el próximo año nos veremos obligados a hacer un paréntesis, aunque es un proyecto que retomaremos".

La directora entiende que ha de hacerse este eventual sacrificio "si queremos seguir llevando el festival a todas las islas".

E insiste en su planteamiento de que, para ella, todos los destinos son respetables, aunque con un matiz necesario: "Para mí es tan digno e importante programar en el Auditorio Alfredo como hacerlo en la iglesia de La Graciosa. Otra cosa es que no puedas llevar orquestas de 120 músicos al teatro Circo de Marte o al Infanta Cristina de La Gomera porque, sencillamente, no tienen capacidad para acogerlas".

Persuadir sin imponer

Respecto a la edición presentada esta semana, confiesa que se trata de "una segunda programación", ya que ha habido que adecuar la idea original a los recursos disponibles. Aun así, resalta, además de la presencia de la Filarmónica de Londres y la Orquesta rusa del teatro Mariinsky, respectivamente lideradas por Vladimir Jurowski y Valery Gergiev, a grupos como Europa Galante y al Cuarteto Emerson, que también estarán en el Festival en las Islas.

También destaca en el ciclo de 2013 la notable presencia de intérpretes canarios.

"Me indigna leer cosas como: Tiraron de los artistas canarios porque no tienen dinero. Son ganas de molestar, pero sobre todo de menospreciar a los artistas canarios. Nuestro planteamiento es justamente el contrario: decirle, por ejemplo, a Jurowski o Gergiev: sean ustedes bienvenidos a Canarias, pero conozcan también a un músico de las Islas o interpreten obras de compositores canarios. No se trata de imponer nada. Es un planteamiento que necesita de reuniones y de argumentos persuasivos para convencer a las figuras invitados de que esa colaboración es necesaria, no porque se trate de canarios, sino porque hablamos de músicos de calidad. Así lo ha reconocido, por ejemplo, Valery Gergiev cuando le dimos a escuchar la obra de Nino Díaz que la Orquesta del Mariinsky estrenará en la próxima edición, o Charles Dutoi cuando tuvo como solista a Gustavo Díaz Jerez".

"Entendemos que una de las misiones del festival es precisamente propiciar esa colaboración", señala .E insiste: "El canario que se sube al escenario del Festival de Música lo hace no por ser de aquí, sino por tener nivel; si además es canario, mucho mejor".

"En España creemos muchas veces que el artista nacional ha de promocionarse solo en el país de origen, cuando lo que hay que hacer -concluye- es promoverlo fuera de nuestras fronteras y ponerlo en relación con los grandes artistas europeos, situarlo de algún modo en el circuito internacional. Es lo que yo quiero hacer desde el festival".