Miembro de la Real y Perpetua Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna y comprometido hasta la médula con la divulgación del arte sacro desde su Aguere natal, Santiago Díaz Arbelo considera que lo ocurrido con la "restauración" del fresco del eccehomo por parte de la vecina del pueblo zaragozano de Borja es una "verdadera gamberrada" y una "auténtica falta de respeto al artista que lo creó".

González Arbelo, que actualmente expone un conjunto de piezas inspiradas en imágenes de cristos canarios en la sala de Manzanares del Real (Madrid), hace hincapié en que el "desaguisado" perpetrado por Cecilia Jiménez en la figura plasmada en uno de los muros del Santuario de la Misericordia de la localidad aragonesa "es una canallada en toda regla y una auténtica masacre al arte sacro".

"¿Cómo se puede permitir este esperpento?", se pregunta, a la vez que matiza que "la culpa no la tiene directamente esta buena señora, que para colmo ha saltado al estrellato, sino el responsable del templo que ha dado el permiso para que esto, que no tiene nombre, se produjera finalmente".

El artista, que firma con sus obras la exposición bajo el título genérico "Exaltación de la Santa Cruz; Tres Clavos, Tres Cristos", que se mantendrá abierta el público hasta el 30 de septiembre, sostiene que estos hechos son como "puñaladas a los proyectos bien hechos, pues, en cualquiera de los casos, la revitalización de estas piezas de valor patrimonial e histórico, sea el que sea, debe recaer en personas expertas, que conozcan el campo en que se mueven".

Además, Santiago González subraya que "es deplorable el morbillo que se ha originado alrededor de una situación burda y que continúa atrayendo a miles de curiosos al pueblo maño".

Precisamente el ángulo antagónico al caso mencionado se halla representado por la muestra del creador lagunero, que incluye dieciocho collages de fotos antiguas y recortes de prensa, a los que se suman ocho cuadros y miniaturas inspiradas en la imaginería de cinco cristos de las Islas, los de La Laguna, Tacoronte, Icod de los Vinos, Plantó (La Palma) y Telde (Gran Canaria).

Considera el autor que esta ocasión que se presenta en la capital de España aglutina una serie de composiciones artísticas que tienen como fundamento un triple cometido; por un lado, el fin netamente divulgativo, incluso para atrapar al público infantil y juvenil, acerca del valor de las tallas existentes en el Archipiélago. Por otro, la posibilidad de que los canarios que residen en Madrid puedan tener su instante de reencuentro y de emociones con referencias religiosas tan entroncadas en sus recuerdos.

En tercer lugar, señala, se debe procurar, cada vez más, que "el arte sacro y la imaginería de las Islas, muy reconocida pero de lo que no se tiene tanto conocimiento, pueda ser admirado, pues entre todo ese legado y patrimonio se guardan verdaderas joyas en las que también se atisban influencias foráneas".

En este sentido, González Arbelo está convencido de que "el Cristo de La Laguna precisamente aglutina y comprime en su semblante a todos los cristos".

Respecto a la colección presentada en Manzanares del Real, cabe destacar que en la composición de los collages se recurrió a fotografías de época y recortes de prensa, algunos rescatados del vespertino La Tarde.

¿Cuál es el "aspecto sensible" que sirve a Santiago González de punto de arranque para esbozar sus obras? Este considera que "nunca va a lo clásico". "Yo indago en lo más oculto, en lo que no capta el ojo al primer vistazo. Se trata de extraer los rasgos profundos, los detalles íntimos; condensar la atmósfera y buscar el lenguaje expresivo de las formas que ofrecen encanto, como, por ejemplo, las inscripciones del paño de pureza del Cristo lagunero."