EL PASADO día 5 de julio tuve la satisfacción de asistir a la inauguración de la muestra que con el nombre "Metales" reúne una importante colección de fantásticos trabajos en esos materiales, y que a lo largo de catorce años realizó mi amiga Maribel Nazco. Esta cuidadosa exhibición tienen ustedes la oportunidad de visitarla hasta el próximo 28 de octubre, e incluso me han llegado noticias de que el conservador jefe de la colección del Tenerife Espacio de las Artes, Isidro Hernández, tendría la intención de prolongar este periodo de tiempo hasta los primeros días del venidero año.

En las anteriores líneas podría considerarse que he tratado de hacer una reseña, acaso algo almibarada, de las maravillosas obras salidas de las delicadas manos de esta menuda mujer, con el pecado añadido de una amistad que se remonta a algo más de medio siglo, no queriendo precisar; sencillamente, porque si las señoras no tiene espalda, tampoco tienen edad. Decir eso de "qué bien te conservas" es una vergüenza. Las conservas se sirven en bote, en lata y actualmente congeladas.

Tenemos que racanear con los requiebros, cada día recibidos con más reparo por las damas, posiblemente por la escasez de piropeadores, y pueden darte un corte por menos de nada. Hace bien poco, en la residencia de La Candelaria me encontré de sopetón con una mujer fantástica que allí trabaja y la felicité por lo espectacular que la veía, y ni corta ni perezosa me recomendó cambiase al profesional que me afinaba la vista. ¡¡Qué mal valorada alabanza!! Mi argualera amiga jamás lo habría dicho.

No me importa ser pesado y repetirles que aún tienen tiempo por delante. Pero no deben olvidar la visita, Maribel lo merece, y el trabajo realizado por el TEA también.