La actriz Blanca Portillo, que ayer fue galardonada con el Premio Nacional de Teatro 2012, por "su valentía al asumir nuevos retos escénicos y su defensa del teatro como compromiso con la sociedad", ha asegurado que seguirá metiéndose "en los charcos que haga falta para seguir creando proyectos".

Así lo anunció poco después de ser premiada con este galardón que no se termina de creer. "Me siento como una niña pequeña y ahora más que nunca como la cría que salió de la Escuela de Arte Dramático y que quiere transitar el resto de su vida por este camino", añadió.

La actriz opina que éste es "un momento muy especial, en el que la cultura atraviesa por una situación muy frágil y delicada".

"Más allá de que se cierren los lugares donde se desarrolla, la cultura no se la puede cargar nadie. Y estará donde tenga que estar, en la calle, en las casas, en los colegios, aunque no lo pongan fácil", asevera.

La actriz premiada, que en estos momentos representa "La vida es sueño" de Calderón de la Barca en el Pavón, sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, considera que participar en este montaje demuestra su "compromiso con el teatro público", en el que cree a pies juntillas, y también "un compromiso con un autor absolutamente vigente y contemporáneo".

Además está "el riesgo de asumir un personaje completamente ajeno" a su género. "Todas esas cosas por las que dicen que me conceden este premio están en la función de alguna manera", señala.

"No puedo pensar nada más hermoso que salir ahora al escenario con ese premio a la espalda y compartirlo con el público, que es para quien trabajo", confiesa la también productora y directora.