Los técnicos de Museo de la Naturaleza y el Hombre de Santa Cruz de Tenerife seguirán colaborando durante los próximos tres años en las excavaciones y los estudios y análisis de los hallazgos descubiertos en el asentamiento romano de la Isla de Lobos, ya iniciado el año pasado, perteneciente al municipio de La Oliva en Fuerteventura.

Esta ayuda se ha materializado en la ampliación del convenio de colaboración sobre "Poblamiento y Colonización en las Islas del Atlántico" entre este organismo y el Cabildo de Fuerteventura, acuerdo suscrito por la consejera de Museos, Amaya Conde, y el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, que permite llevar a cabo la excavación sistemática y posteriores estudios de laboratorio de este yacimiento arqueológico.

Al parecer, este asentamiento descubierto de forma casual por unos turistas, es amplio y el primero contrastado de todo el archipiélago con más de un centenar de metros excavados.

También se sabe que estuvo dedicado a la obtención de púrpura, colorante que se utilizaba para teñir telas, a partir del procesamiento de una serie de moluscos marinos muy presentes en la islas, de los que hasta el momento se han contabilizado restos de unos 70 mil ejemplares. Este tinte natural constituyó un negocio muy prospero en el Mediterráneo en aquellos tiempos pretéritos. Eran muy apreciados por fenicios, romanos y cartagineses, porque las ropas teñidas con esta sustancia reflejaban la pertenencia a una clase social alta.

Las excavaciones realizadas desde el descubrimiento de este yacimiento, que se considera que data del siglo I a.C., han dado como resultado el hallazgo de distintos tipos de cerámica utilizada para el transporte de materiales, conservación de alimentos y vajilla, conocida como "terra sigilata", de color rojizo, para uso cotidiano en la mesa y la cocina. Los restos son cuellos y asas de recipientes, tapas de ollas y recipientes para cocinar al fuego.

Las primeras conclusiones indican que la cerámica fue hecha con torno, dato pendiente de una determinación de su cronología.

También se localizaron algunos fragmentos metálicos de hierro y bronce (anzuelos y clavos), restos de fogones, huesos de cabra, un amplio conchero y residuos de lapas, entre otros materiales que corroboran la presencia de los romanos en este enclave canario.

Todos estos elementos se están estudiando y analizando en los laboratorios del Museo Arqueológico, en el Instituto Canario de Bioantropología y en el Museo de Ciencias Naturales de Santa Cruz de Tenerife.

La importancia de este yacimiento de la isla de Lobos radica en que es el primero dedicado a la extracción de púrpura en la Islas, una verdadera factoría que puede arrojar luz sobre el tipo de vida que llevaban sus habitantes y su posible relación con los aborígenes del lugar. Hasta ahora existían hallazgos submarinos de ánforas romanas (La Graciosa) y el yacimiento de El Bebedero (Lanzarote).

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