Hace unos días manifestó, coincidiendo con la presentación del espectáculo que hoy y mañana pondrá en escena en el teatro Guimerá santacrucero, que "mucha gente me dice: Yo tengo un amigo que se toma cuatro copas y está horas contando chistes. Y yo les respondo: Pues dile que no se tome las cuatro y se suba a un escenario". "Ta cuá, pun pun, esto y lo otro" es la propuesta con la que el humorista canario Manolo Vieira quiere sorprender a un público que le ha jurado fidelidad desde hace más de tres décadas. "¿Cómo coño le puedo pedir yo a una familia que tiene a todos sus miembros en paro que hay que echarse unas risas", señala el artista nacido en La Isleta.

¿Cómo es "Ta cuá, pun pun, esto y lo otro"?

Es todo nuevo, salvo la parte final del espectáculo en la que siempre preparo algo que me suelen pedir que les repita... No me gustaría destriparlo contra.

¿Qué referencias ha tomado para planificar este espectáculo?

Son historias nuevas, pero también he rescatado a tres chiquitos, al Cuco, al Fefo y al Chanín, que si se acuerda son los que tuvieron aquel encuentro con el negro en Maspalomas, la historia del INEM, a Carmelito y a Marujita... Hay un montón de cosas a las que le he dado una visión novedosa como, por ejemplo, una acampada que realicé en los años 70. Hablo de las tribus urbanas que habitaban mi barrio, pero que son coincidentes en todas las Islas y que tienen que ver con ese pasado autóctono en el habían cabras en las azoteas de nuestras casas.

Asegurarse la complicidad del espectador durante más de una hora y media no debe ser una tarea sencilla, ¿no?

Muchas veces lo difícil no es buscar una historia que contar, sino cómo encajarla... Crear ese hilo conductor para que el espectáculo se mueva con sentido requiere de una preparación que solo se consigue con muchos ensayos -horas en un escenario probando voces, movimientos, gestos- y debo reconocer que en ocasiones se me vacía la cabeza buscando que todas las piezas cuadren. Ahí es cuando agarro unos nervios tremendos o, por lo menos, una gran preocupación.

¿Cuál es el secreto para ser bien recibido en todo el Archipiélago?

Yo me siento canario en mi isla y en el resto del Archipiélago porque hace ya un tiempo que dije que el mar no nos separa, sino que nos une y no soy una persona que no entiende de fronteras porque siempre intento buscar el lado positivo de las cosas. Que me apetece estar en Tenerife, pues me agarro un ferry y "pa" allá que voy. Si estamos aquí al ladito...

¿Después de 32 años siguen existiendo dudas a la hora de enfrentarse al público?

Eso nunca desaparece, pero lo que sí hay es una cercanía entre ellos y Manolo Vieira. Yo voy por la calle y se me acerca un desconocido para decirme tú no me conocer, pero yo a ti sí, porque vienes todos los años a La Laguna y siempre voy a verte... A veces los ves tan emocionados que te sientes uno más de su familia. A mí eso me gusta porque es la realidad más cercana. Yo nunca entenderé las distancias que marcan algunos artistas respecto a sus seguidores. Hay cantantes, por ejemplo, que ponen unas caras que te hacen pensar si vale la pena comprarle su disco.

¿Y usted esperaba alargar tantos años la profesión de humorista?

Eso es algo que nunca se me pasó por la cabeza... Yo quiero seguir aquí por muchos años, pero sinceramente ya me he convencido de que sigo haciendo humor de manera provisional. El miedo a que esto se pueda acabar siempre está ahí y eso es algo que solo se puede combatir con trabajo. Yo sé hacer un montón de cosas, pero pocas me salen tan bien como la de intentar hacer reír a los demás.

¿Entiendo que no se imagina su vida de otra manera?

Qué va... Eso es algo que no me he planteado nunca con seriedad. Yo nací así y no me imagino alejado de un escenario. Igual estaría trabajando en una gasolinera. Estudié administración e igual mi futuro iba por ahí, pero yo entonces ya me mandaba mis chistes por teléfono, en las guaguas o en el taxi.

¿Y para llegar a este momento que se debe cuidar más el genio, una buena comunicación o ser gracioso?

Todo lo que ha dicho tiene que ver, pero hay más factores... Lo más importante es ser buena gente. Si el público nota que eres buena persona te perdona un fallo, aunque este sea gordo. La naturalidad es un buen compañero de viaje.

¿La crisis es una dificultad a la hora de activar al público?

Está más duro hacer reír porque la situación no está de risa. Yo a veces lo logro, pero ¿cómo coño -con perdón- le puedo pedir a una familia que tiene a todos sus miembros en paro que hay que echarse unas risas.

¿Lo de tener que ampliar una función en el Guimerá por agotar las entradas en una heroicidad en los tiempos que corren?

Sí que lo es... Pero me preocupa tanto ver por qué no lleno un teatro que colgar el cartel de no hay entradas. Esas dudas me matan. Si no vienen está la pregunta de qué estaré haciendo mal para que no les gustes, pero si se agota el aforo pienso cuántas personas más habrían venido a verme. Eso es algo que forma parte de la magia que rodea a un escenario.

Una función extra

Inicialmente solo estaban programadas tres funciones en el teatro Guimerá, pero debido a la demanda de entradas se ha incluido una cuarta a celebrar a las 22:30 horas de mañana. De esta manera, hoy habrá un par de pases (20:00 y 22:30 horas) y mañana otros dos (20:00 y 22:30 horas). Las localidades se pueden adquirir al precio de 20, 18 y 12 euros.

"Ta y cuá, pun pun, esto y lo otro" es un nuevo proyecto humorístico en el que Manolo Vieira "rescata" algunos de los personajes con los que ya ha generado unos ratos de risas a una clientela que le ha respaldado durante más de tres décadas. "Eso es lo más maravilloso que me ha pasado desde que me dedico a esto", agradece.