Sigue sin desvelar el precio que pagó el cineasta Ron Howard por una de sus obras, aunque ya ha vendido otra fotografía que llamó mucho la atención de Cheryl Alley, la esposa del director del filme "In the heart of the sea". De hecho, en alguna que otra conversación "clandestina", lejos de los oídos del estadounidense que ha revivido la leyenda de la gran ballena blanca, Cheryl Alley le insinuó al fotógrafo tinerfeño David Guanche (1975) que sería un buen regalo de cumpleaños para su marido.

"El valor de la obra que adquirió Ron Howard es que la foto está en una pared de su casa", afirma un creador que consiguió cerrar una segunda venta con una persona del círculo profesional más próximo a Ron Howard. "Yo sabía que exponer en La Gomera iba a ser una buena oportunidad porque la producción de esta película movería a mucha gente", avanza un profesional nacido en el núcleo cordobés de Palma del Río, pero con raíces cien por cien tinerfeñas. "Mi madre nació en Arafo y mi padre es de Tacoronte; que yo viviera al mundo en Córdoba fue una casualidad atribuible a la actividad laboral de mi padre", aclara un artista que acaba de exponer en Salamanca y en Córdoba.

Su reto más inmediato es mostrar sus fotografías en Andorra -las que se han podido ver en Córdoba y Salamanca- y dar el salto a Estados Unidos. "Quiero llevar mi obra este año, pero aún lo estamos negociando... Si no ocurre en 2014 lo aplazamos a 2015, pero la idea de entrar en el mercado estadounidense está tomada", avanza David Guanche.

"Me considero un aprendiz de la fotografía; alguien que tiene que seguir asimilando conocimientos hasta el día que me muera", dice de su obra un artista que adquirió buena parte de su aprendizaje junto al hijo de Poldo Cebrián. "Es maestro y amigo", agradece sobre un fotógrafo que continúa siendo completamente leal a la tradición. "Él es un apasionado del cuarto oscuro y de todas las energías que transmite esa manera de trabajar la fotografía, pero soy de los que no le da la espalda a las nuevas tecnologías... Decidir quedarse en la era analógica solo obedece a una razón romántica, el presente es digital", argumenta un amante de la aventura que acumula experiencias internacionales en el Amazonas, en los Andes y en dos ediciones del Rally Dakar.

"Me gusta vivir aventuras, llegar a lugares donde normalmente al hombre de cuesta llegar y buscar esas fotografías casi imposibles", comenta antes de recordar su presencia en el Rally Dakar. "Este año no pude ir por falta de un sponsor -hace unos días apareció el cadáver del motorista Eric Palante-, pero allí he vivido toda la emoción de dos experiencias fantásticas.