El Año Greco, en el que se conmemora el cuarto centenario de la muerte del pintor cretense, inició ayer su andadura con un acto de presentación en el Museo del Prado, "su casa", la pinacoteca que atesora más obras del genio "incomprendido" y la primera que organizó una exposición del artista.

El lugar donde se podrá ver del 24 de junio al 5 de octubre la muestra "El Greco y la pintura moderna", que recordará la importancia que el redescubrimiento de la figura de El Greco tuvo para la pintura de los siglos XIX y XX, ha sido el elegido para el inicio de los numerosos actos que tendrán lugar este año en conmemoración del cuarto centenario de la muerte del pintor.

Al acto, presentado por Roberto Brasero, han acudido el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, la presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, además del director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, el presidente de su Patronato, José Pedro Pérez-Llorca, y el de la Fundación El Greco 2014, Gregorio Marañón.

José Pedro Pérez-Llorca, destacó que, aunque El Greco siempre ha estado unido a la ciudad de Toledo, el Museo del Prado "es también su casa", y el artista "forma parte de la genética del museo desde sus orígenes".

Pérez-Llorca reclamó para sí "algo del ADN del Greco" y ha recordado que su padre, catedrático de Oftalmología, junto con otros especialistas que lo estudiaron, demostró en una polémica óptico-científica sobre la posibilidad de que el artista pintase figuras alargadas por padecer astigmatismo que "pintaba así porque era su concepción de la pintura".

El presidente de la Fundación El Greco, Gregorio Marañón, recordó que este año Toledo, la ciudad en la que el pintor alcanzó el cénit de su obra y en la que nunca se ha celebrado una muestra sobre el cretense, saldará la deuda que tiene con el artista, al organizar la mayor exposición que se ha reunido sobre su figura.

Se podrá ver del 14 de marzo al 14 de junio en el Museo de Santa Cruz y los Espacios Greco, e incluirá los lienzos originales pintados en la sacristía de la Catedral de Toledo, la Capilla de San José, el Convento de Santo Domingo el Antiguo, la Iglesia de Santo Tomé y el Hospital Tabera.

Por su parte, en la exposición "El Greco y la pintura moderna" se podrán ver en el Museo de Prado veinticinco obras del artista junto a más de setenta creaciones modernas, en las que se apreciará la riqueza de la influencia de El Greco en uno de los periodos más importantes en la evolución de la pintura, desde Manet o Cézanne pasando por su influencia en Picasso o su relación con el surrealismo.

También en el Museo del Prado se ha programado la exposición "La biblioteca de El Greco", en la que se reconstruyen las raíces teóricas y literarias del artista a partir de libros de su colección personal, conocidos gracias a los dos inventarios realizados por su hijo Jorge Manuel en 1614 y 1621.

Según Marañón, sin la colaboración de El Prado esta conmemoración habría quedado "incompleta", y ha destacado la restauración realizada por este museo de "El expolio", que hoy vuelve a la sacristía de la Catedral de Toledo.