Para muchos el nombre Lanvin resulta familiar por las campañas publicitarias de gusto dudoso que han invadido las redes sociales con modelos elegantísimas bailando al sonido del rapero Pitbull. Aunque me duela decirlo, estoy segura que esa será la gran mayoría. Pero no todo está perdido y este año la más antigua Maison francesa celebrará su 125º aniversario con una serie de acciones en las redes sociales que enseñarán al gran publico fotos inéditas de archivo, vídeos y dibujos exclusivos de su fundadora Jeanne Lanvin.

Más que una diseñadora Jeanne Lanvin fue una emprendedora que estuvo muy al frente de su tiempo. Los que conocen la historia de Gabrielle Chanel encontrarán algunas coincidencias en la vida de esas dos fascinantes mujeres.

Jeanne Lanvin nació en París, en 1867, en el seno de una familia muy humilde. Siendo la mayor de once hermanos, tuvo que trabajar desde los 12 años como chica de recados. A los 16 entra a trabajar en el atelier de sombreros de Madame Felix en la calle Faubourg St Honoré en París, donde, posteriormente, abrirá su propia casa de moda.

El aprendizaje era la única vía de escape a un futuro predestinado a la miseria. La joven Jeanne Lanvin aprende rápidamente y pronto es ascendida, de ayudante a primera encargada en la producción de sombreros del taller. Con apenas 22 años y patrocinada por una cliente acaudalada, crea su propia sombrerería y en 1889 ya inauguraba el primer espacio Lanvin en la Calle Fauburg St. Honoré. Trabajadora incansable, acudía a las corridas de caballos con su hermana para hacer lo que podríamos llamar como el inicio del coolhunter: observar las damas de la alta sociedad y sus sombreros, analizando las tendencias en formas, volúmenes y colores.

Es ahí, en las corridas, donde conoce al que será su marido, el noble italiano Emilio di Pietro. Pero Jeanne, acostumbrada a trabajar y a vivir de su trabajo, no se adapta a la vida de mujer casada. Se separó de su marido ocho años más tarde, cuando su hija tenía 6 años de edad. Ya os dije que era una mujer muy al frente de su tiempo. Y todavía hay más. Fue justamente para su única hija, Margarite, que empezó a diseñar ropa: delicados vestidos en colores alegres, que se oponían de manera radical a las simples miniaturas de ropa para adultos disponibles para los niños de la época. Las mujeres que frecuentaban su taller de sombrerería, encantadas con los modelos que llevaba la pequeña Marguerite, empezaron a encomendar ropa para sus hijas. Poco tiempo después Jeanne Lanvin creó una línea para chicas jóvenes y otra para mujeres, convirtiéndose en la primera diseñadora en tener en cuenta los distintos grupos de edad.

La década de 1920 vivió un considerable desarrollo de la Maison Lanvín. En 1923 lanza una línea de ropa deportiva, toda una novedad para la época. en el mismo período, la Maison amplia su ámbito a los perfumes. El más famoso de ellos fue My Sin (Mi Pecado), creado por Mme. Zed, una misteriosa personaje de nacionalidad Rusa que creó varios perfumes para la Maison. Jeanne Lanvin también comenzó a colaborar con Armand-Albert Rateau, quien se dedicó a la decoración de su mansión, así como de sus boutiques. A partir de esta colaboración, se creó la línea de decoración de interiores de la Maison Lanvin.

Con un increíble ojo para los negocios, en 1926 la firma lanzó una colección de moda para hombres y también sus colecciones de Piel y de Lingerie. Jeanne Lanvin había creado un gran imperio y fue la primera empresa a diversificar sus productos en distintos seguimiento de mercado. Toda una visionaria.

Como diseñadora, su maestría quedó plasmada en su fascinación por el color. Su perfeccionismo la llevó a crear una innovadora paleta de color inspirada por el mundo del arte. Del azul Lanvin, al rosa de Polignac, en homenaje a su hija Marguerite que se había casado con el Conde Jean de Polignac, pasando por el verde Velázquez. Para conservar la exclusividad de sus colores, fundó su propio taller de tintados en Nanterre, Francia. Aunque amaba los colores, ella misma casi siempre vestía de negro.

Tras su fallecimiento en 1946, a los 79 años, numerosos diseñadores continuaron desarrollando durante años artículos de moda para la Maison Lanvin, incluyendo a su hija. Después de un período de declive, con la llegada del diseñador Alber Elbaz empieza una nueva era para la Maison Lanvin. Aunque no nos guste "Pitbull" y otras locuras, es imposible negar: después de 125 años la Maison Lanvin sigue muy moderna.

Información para tu "Fondo de Armario Cultural" Varios diseñadores han pasado por la Maison Lanvin entre ellos el francés Claude Montana, el brasileño Ocimmar Versolato y la española Cristina Ortiz, que vivió gran parte de su vida en Tenerife.

En 2001 la Maison Lanvin es comprada por la empresaria Shaw Lan Wang del grupo Harmonie S.A. de Taiwan.

En 2002 el israelí nacido en Casablanca, Alber Elbaz presenta su primera colección para la Maison Lanvin, donde sigue hasta hoy.

Desde 2005 el holandés Lucas Ossendrijver diseña la linea masculina de la Maison.

A partir de febrero la web www.lanvin.com estrena formato, con fotografias y videos inéditos, además de croquis exclusivos de Jeanne Lanvin.

También en el marco de las conmemoraciones, cada jueves el Facebook de la Maison publica curiosidades y en Instagram (@lanvinofficial) comparte imágenes de objetos históricos encontrados en la oficina de la diseñadora en su famoso atelier de la calle Fauburg St Honoré.