Hace un año empezó a trazar "Obscure", un proyecto de fotografía que se expondrá en París a partir del próximo viernes. El tinerfeño Rubén Plasencia (1986) ha sido el único creador español seleccionado por la organización de un certamen de jóvenes fotógrafos. "Hay una parte de mí que aún no se cree el gran sueño que estoy viviendo", asegura un sauzalero que el año pasado formó parte del catálogo del Festival Internacional de Fotografía y Artes Visuales PhotoEspaña 2013.

El punto de partida de "Obscure" es muy sencillo: una sola luz, un fondo negro y unas personas ciegas que miran a la cámara. "Trato que el espectador mantenga una mirada sobre unas imágenes que no está acostumbrado a ver", dice un joven que estudió Imagen y Sonido en el IES La Guancha con Orlando Arocha y que fue asistente de fotografía de Alfonso Bravo. Su periodo de formación lo completó con dos cursos de postgrado en Madrid que pudo realizar gracias a una beca concedida por la Fundación Mapfre Guanarteme.

"Obscure" ha obtenido buenas críticas en Madrid, en Gijón y en la penúltima edición de FotoNoviembre. La presencia de Rubén Plasencia en "Circulation (s)" se fraguó después de depurar los contenidos de más de 1.300 fotógrafos que enviaron sus proyectos a la convocatoria parisina: el jurado eligió a 21 artistas y representantes de galerías y escuelas francesas otros nueve.

Y es que el fotógrafo tinerfeño es uno de los 30 seleccionados para estar en "Circulation (s)". "Es una oportunidad de promoción; una cita en la que sabes que habrá gente que busca nuevos lenguajes artísticos... Exponer en París es un lujo que no está al alcance de todos; estar allí ya es un gran triunfo", reconoce un creador que critica la "falta de oportunidades" que se percibe en la escena artística local. "Habrá que buscar espacios de exposición alternativos".

Cuando Rubén Plasencia activó los contenidos de "Obscure" halló una colaboración muy especial en la ONCE de Tenerife. "Todas las personas que retraté son del área metropolitana", avanza el impulsor de una idea en la que llegó a fotografiar a casi 40 invidentes. "Luego, cuando la primera fase del proyecto estaba cerrada, realicé la selección que acabó dando forma a los 16 retratos que forman parte de esta colección", resume sobre la estrategia que siguió.

La intención de enfrentar a los espectadores con su obra está muy presente en las diez fotografías (50 x 70 centímetros) que Plasencia va a mostrar en "Circulation (s)". "Los ciudadanos están acostumbrados a ver a las personas ciegas protegidas con unas gafas, pero no con la crudeza de estas miradas. Los modelos miran al frente fijamente sin ser conscientes de que las personas que se encuentran delante de ellos sí que pueden apartar la suya. Era un desafío. Lo que quise buscar en todo momento fue captar cómo estas personas persiguen encontrar la esencia de su ser de una manera algo más arcaica; recurriendo a sus instintos primarios y, sobre todo, a la sinceridad".

Rubén es un amante del retrato, el hilo conductor de una serie en la que ha querido "eliminar factores externos que pudieran condicionar el resultado de una fotografía... El silencio ha sido uno de los elementos que he manejado a mi antojo hasta dar forma a una atmósfera personal", incide a la hora de explicar que "no son fotos forzadas, simplemente, ellos se han quitado las gafas para mostrar los efectos de la ceguera a la cámara, al fotógrafo, al público...".

Las sesiones de trabajo se desarrollaron durante dos meses y al final buscó crudeza. "Quería ofrecer distancia y frialdad; que nadie pudiera ver unos posibles vínculos afectivos entre los modelos y el fotógrafo", argumenta de una experiencia que ha sido comentada en publicaciones como "Ojo de pez" o en el "New York Magazine". "Está claro que uno de los objetivos que persigues cuando te metes en una experiencia de esta dimensión es captar la atención de un galerista o un coleccionista que esté interesado en descubrir a un valor emergente".

Por ahora, ya se ha apuntado una gran victoria colocando a varios de los protagonistas de "Obscure" en espacios públicos parisinos como marquesinas y estaciones acondicionadas para los usuarios de los transportes públicos (guaguas y metro) o en los folletos promocionales de "Circulation (s)" que se pueden adquirir en librerías, restaurantes o en puntos de información turística. "Que lo que has hecho se pueda mostrar en una ciudad que respira tanta cultura es placer difícil de explicar; pero lo más complicado vendrá luego... Lo que no es fácil de contar es por qué las cosas están tan difíciles en casa para los artistas", afirma antes de confesar un pequeño secreto. "En mi familia no hay antecedentes artísticos y es normal que alguna que otra vez me pregunten si algún día podré ganarme la vida con la fotografía. De momento, todos se alegran de cómo están me van las cosas, pero en el mundo del arte hay que propiciar otros factores que tienen que ver con la rentabilidad económica de una obra para que la carrera de un creadora tenga cierta continuidad", cuenta.

El sueño parisino de Rubén Plasencia ya casi es una realidad, aunque él tratará de alargarlo con un trabajo de campo en la capital gala. "Al margen de lo que ocurra en la exposición -las piezas están a la venta- quiero mostrar mi obra a profesionales vinculados con el mundo de la fotografía".