No se han alejado ni un solo milímetro de la posición en la que se ubicaron hace ya 15 años. Han evolucionado. Sí. Pero la esencia de Mayumana sigue intacta. "Racconto" es un espectáculo que destila todo lo que inventaron Eylon Nuphar y Boaz Berman en un garaje de Tel Aviv. El teatro Guimerá volvió a vibrar anoche con las peripecias de un grupo de danza y percusión que explica su biografía artística en cinco pasos.

La radiofónica voz de Andreu Buenafuente es la encargada de introducir las fases de un espectáculo alegre, nostálgico, tradicional; un proyecto que realiza un guiño muy potente a la cultura española: un número de flamenco es una de sus cartas de presentación de una gira que arranca en Tenerife.

Hay cubos de basura. Eso es algo que nunca se echa en falta en las creaciones de una compañía que convierte el ruido en un elemento de culto... Cualquier objeto puede tener una utilidad en su repertorio. El agua, por ejemplo, se convierte en uno de sus pilares en uno de los números. Y es que "Racconto" ofrece una mirada retrospectiva sobre la evolución de un concepto artístico concebido para que unos cubos de basura tengan la fuerza de una batería de tambores, con el objeto de armonizar los sonidos de unas shishas turcas (dispositivos que se utilizan para fumar) o coordinar el roce de unas aletas de submarinismo con la tarima del escenario. Mayumana lo aprovecha todo para exhibir su concepto de arte multidisciplinar.

El humor y las acrobacias son dos recursos que se cuelan entre número y número para generar una escenificación que crece desde la nada hasta alcanzar unos exquisitos niveles de perfección. La idea de "nunca pierdas de vista al compañero que tienes a tu lado" es la máxima que se persigue durante toda la función.

"Racconto" son los latidos de Mayumana, es decir, cómo empezó todo, los procesos de selección que se hicieron para elegir a los artistas, el grado de perfección que se ha alcanzado durante una década y media... Es imposible que los pies no acaben por cobrar vida contagiados por la energía de una percusión impactante y unos juegos de luces que rentabilizan al cien por cien todo lo que ocurre en la caja escénica.

El concepto de internacionalización, por último, es un valor indispensable en "Racconto". Y es que no hace falta ser un experto en idiomas para entender el carácter universal que tiene una fórmula que puede verse (y sentirse) en la capital tinerfeña hasta el próximo domingo.