Minutos antes de pisar al escenario del teatro Leal para interpretar el tema "Siboney" junto al maestro Michel Camilo, la actriz y cantante madrileña Ana Belén valora con brevedad lo que supone formar parte del proyecto internacional "Playing Lecuona", el documental musical dirigido por el cubano Pavel Giroud y el canario JuanMa Villar. "Los artistas nunca lo tuvimos fácil en los tiempos difíciles", precisa antes de abordar el rodaje. "Este es un teatro maravilloso", elogia la solista a la que ya espera el pianista.

Seis manos increíbles al piano y unas voces de lujo, ¿formar parte de "Playing Lecuona" es un caramelo?

Sí que lo es... Un gran caramelo. Lo que une a tantos maravillosos artistas, lista de la que me excluyo, (sonríe) es la figura de Lecuona; es su importancia como músico. Estar en las Islas, de donde eran sus ancestros, nos transmite una emoción muy grande. Abordando este proyecto nos adentramos en la historia de un creador espectacular.

La figura de Ernesto Lecuona ha sido una garantía a la hora de abordar este proyecto, ¿no?

Él es el auténtico corazón de "Playing Lecuona". Ayer (por el pasado martes) hablaba con Michel Camilo del gran calado de un artista que asombra por su enorme capacidad musical, de su creatividad, de su trabajo... Cuando Michel me llamó para preguntarme si quería cantar "Siboney" le respondí: cuándo, cómo, dónde... ¡Venga!

¿Qué significa este tema para usted?

"Siboney" es una canción que he escuchado desde que era niña. Son recuerdos y más recuerdos que están almacenados en la cabeza. Al oírla es inevitable pensar cómo te la cantaban tus padres o tus tías.

Esta no es la primera vez que trabaja con un maestro que no para de decir cosas buenas de usted.

Con Michel Camilo tengo unas experiencias muy gozosas. Antes de conocerlo ya sentía una gran admiración por él. Incluso llegué a cantar una canción de él antes de ser presentados y, más adelante, cuando tuvimos la gran suerte de coincidir en "Lorquiana" sentí que estaba acometiendo uno de esos trabajos que van a quedar no solo para la historia, sino en tu propia vida como un momento especial. Empatizamos muy rápidamente, fue bastante fácil el trabajo que llevamos a cabo entre los dos e inevitablemente el recuerdo es agradable. Esa fue una de las mejores experiencias artísticas y personales que he podido vivir.

¿Unir a una gran artista con un gran pianista es un lujo cultural para los tiempos que corren?

Eso es un gran lujo... De todas formas, los artistas nunca lo tuvimos fácil en los tiempos difíciles. Dedicarte a esta profesión, y no solo me refiero a la música o al teatro, sino ampliada a otros espacios creativos como la escritura, el cine o la danza, implica que tienes que asumir riesgos todos los días. Esta profesión no te permite acomodarte; estás dudando constantemente y buscando nuevos retos. Eso es positivo. Dudar es bueno para ver si estás en el camino correcto; si aciertas o, en cambio, te has vuelto a equivocar. Eso es algo fantástico.

¿Ana Belén es incombustible?

Sí que lo soy (ríe)... Tengo una gran pasión por todo lo que hago. En esta profesión un día aciertas y al siguiente metes la pata.

¿Le gusta el escenario elegido para ambientar la parte canaria de "Playing Lecuona"?

Me gusta y mucho... Este es un teatro maravilloso. Ya estuve por aquí hace unos años interpretando "Fedra". Este un espacio cultural que han rehabilitado fantásticamente y necesario para la ciudad. Estoy contenta de poder vivir esta experiencia en La Laguna.