Viaje al futuro. Es la experiencia que experimentaron más de un millar de personas que se dieron cita en First Lego League Canarias, el mayor festival de ciencia y robótica de Canarias.

Esta segunda edición duplicó la participación y celebró dos competiciones: Junior First Lego League (Jr FLL) que contó con la participación de doce equipos formados por niños de entre 6 y 9 años de las islas de Fuerteventura, Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife; el torneo First Lego League (FLL) contó con la participación de veinticuatro equipos formados por niños de entre 10 y 16 años de las islas de Gran Canaria, Lanzarote, La Palma y Tenerife. El tema central de esta edición estaba enfocado a cómo enfrentarse a los desastres naturales.

En apenas siete horas más de 300 jóvenes, profesores, entrenadores de equipos, padres y 150 voluntarios celebraron las competiciones en un ambiente muy festivo salpicado de turistas curiosos y jóvenes que aunque no participaban en el torneo entre mensajes de WhatsApp, en la mañana de ayer funcionaba, se acercaban a la feria Diviertete y experimenta que paralelamente desarrolló actividades educativas realizadas por más de una docena de empresas y organizaciones en el exterior del auditorio.

La competición para los más jóvenes busca estimular su curiosidad por la ciencia. Llegaron a la presentación de su proyecto y maqueta de legos con los deberes hechos. Con tantos nervios como deseos de contar lo que había aprendido cogían de uno en uno el micrófono para demostrar su aprendizaje. Más de un equipo contó con más detalle del que ofrecen algunos informativos de televisión porqué se produce un tsunami. Cada integrante eligió una profesión (meteorólogo, arquitecto...) para ayudar a superar el desastre natural y, más importante aún, explicaba como se relacionaba su profesión con el resto del equipo. El juego formó parte del aprendizaje y pudimos ver a decenas de pequeños policías uniformados, protección civil o bomberos. En este tipo de festivales no pueden faltar las presentaciones interactivas aunque lo hicieron con murales de papel. Estos niños aunque no lo sepan son la sociedad del siglo XXI. Han sabido documentarse con los recursos a su alcance, aprendido que los problemas son complejos para que solo una persona pueda resolverlos, que es necesaria la especialización y, aún más importante, aprendieron a trabajar en equipo y con división del trabajo. Son la semilla de una sociedad nueva que funciona más como una red que trabaja por un bien común en lugar de la tradicional jerarquía de mando.

El torneo para los menos jóvenes se vivió con un espíritu más competitivo tanto por edad como por el formato. Cada equipo participó en tres rondas. En cada una el robot de piezas de Lego tenía que resolver hasta 14 misiones en 150 segundos. Antes de comenzar preparaban las piezas a utilizar y, con no pocos nervios, lanzaban el robot con el programa que habían diseñado. Dos grandes pantallas mostraban la actividad en las mesas de competición aunque eran sus creadores los que mostraban el éxito o fracaso: aplausos en el éxito y manos en la cabeza ante un fallo inesperado. Entre ronda y ronda los "smartphones" eran el foco de atención de los participantes. No había momento para el descanso. Las aplicaciones de mensajería eran el vehículo para compartir experiencias entre ronda y ronda. Miles de fotografías, vídeos y mensajes de texto tuvieron origen y destino en FLL Canarias.

Los 300 jóvenes que participaron ayer en el torneo demostraron una vez más que es más fácil aprender ciencia si es divertido.

Victoria desde la isla de los volcanes

El equipo Nazaret Los Volcanes revalidó la victoria en la primera edición del torneo de robótica en Canarias. Es la tercera vez que se presentan. La primera vez lo hicieron en FLL Madrid al no existir el campeonato de Canarias.

El segundo clasificado fue Aldeatron Robotix, equipo formado por estudiantes del CEIP Aldea Blanca en San Miguel de Abona que compartieron las 16 semanas de trabajo de preparación en su blog