Magdalena Cantero ha vivido estos días momentos muy emotivos en los homenajes a su marido, el poeta Agustín Millares Sall (Las Palmas, 1917- 1989), con motivo de la celebración, en Santa Cruz y Las Palmas, del Día de las Letras Canarias, que este año se ha dedicado a este escritor, uno de los máximos exponentes de la lírica canaria.

La viuda de este magnífico escritor, que conoció la cárcel y el destierro por expresar sus sentimientos a través del verso, participó activamente en estos actos, en los que leyó con amor algunos poemas inéditos de su marido, como el titulado "Aquelarre". Su hijo Sergio y otros familiares también participaron en estas jornadas en las que se reivindicó la figura del poeta, cuyos méritos literarios bien merecen su revisión.

"Ha sido todo muy emotivo, sobre todo volver a abrir los libros y releer las poesías que, incluso, a uno mismo se le van quedando en el olvido. Creo que debería hacerse una revisión ya de todos los poetas y ponerlos al alcance de las nuevas generaciones, sobre todo en los colegios abrir un aula en la que entre la poesía en general siempre", sugiere.

Ella recuerda con simpatía una experiencia que vivió en este sentido. "Esta actividad la he hecho en tres colegios y me ha sorprendido como los chiquillos han aprendido poesía. He hecho recitales de poesía del Siglo de Oro, Romanticismo, la Generación del 27.., pequeños trocitos de cada época. Ha sido una experiencia preciosa", confesó.

Visiblemente cansada, tras viajar a Santa Cruz para intervenir en el homenaje a su marido y volver a Las Palmas, enumeró amablemente algunas claves de la obra de su marido y de su vida, muy difícil porque sufrió la guerra civil y el franquismo en sus carnes. "La poesía de mi marido siempre tiene un ritmo musical. Creo que la poesía debería ser eso, porque una cosa es la prosa poética y otra la poesía en sí, que tiene que tener una música, un ritmo y una rima. Sujetarse a esos cánones no es nada fácil. Es mucho más fácil hacer una poesía de intelectuales para intelectuales".

Ella considera que la obra de Agustín Millares ha tenido distintas etapas, "también una parte modernista, pero creo que, sobre todo, la poesía de mi marido es una poesía para decir a viva voz, que llegue a la gente. No me llena la poesía para intelectuales. La poesía tiene que ser algo más sencillo, más directo, para la gente que no tenga tantos estudios. Son sentimientos humanos que los tienen que comprender todos los seres humanos. Estar a la altura de todos. Creo que esa ha sido la parte más importante de mi marido, que lo han comprendido".

Magdalena Cantero está de acuerdo en que la poesía de Agustín Millares se puede inscribir en la tendencia social o realista. "La poesía social fue en un momento determinado, porque era una lucha que había que tener, pero aparte de todo eso, lo social también son los sentimientos humanos en cualquier faceta que se mire. Una poesía a la belleza, a una puesta de sol, todo eso son sentimientos humanos, y el poeta debe tener el espíritu abierto a todo eso. Claro que en aquel momento era la lucha social porque había que conquistar algo que faltaba. Fueron unos años muy duros y después había que empezar a hablar un poquito, veladamente, diciendo lo que se podía hacer y esa fue la época de la poesía social, una parte muy importante en mi marido".

El trasfondo de toda su obra es un canto "a la vida del ser humano, las dificultades, las miserias y las guerras. Esos sentimientos que enfrentan a unos y a otros. Parece que él está diciendo que venga otra cosa, que llegue un mundo en el que los seres humanos se comprendan, que desaparezcan las guerras, porque, claro, la época que él vivió fue terrible. Eso es precisamente lo que él enarboló. Es entonces cuando a mi marido lo encarcelaron porque decían que lo que decían sus poemas eran como consignas. Totalmente absurdo. Los primeros días fue encarcelado, después fue desterrado a Lanzarote y de ahí al frente a la Península. Me decía que allí estuvo manejando los cañones y disparando a los suyos. Fue muy duro para él. Con la democracia, mi hijo Agustín hizo que cambiara y cogiera otros tonos y ritmos. Fue un cambio en su modo de expresarse".

Esta apasionada por la lírica tiene claro que para su marido era muy importante que su poesía fuera "comprensible para todos. Él daba recitales en barrios, en asociaciones de vecinos y la gente decía que le gustaba porque lo comprendían. También es verdad que recitaba magníficamente, incluso una vez le dijeron que recitando de esa manera cualquier poesía es buena. Terminaron diciendo que él era un poeta para decir más que para leer. Ahora lo que hay que hacer es leerlo los que no lo conozcan y releerlo los que ya lo conocemos y lo estamos olvidando un poco. Por eso ha sido bueno que se haya celebrado este homenaje".

Por último, comentó que obran en su poder algunos poemas inéditos de Agustín Millares. "Son unos pocos, una docena. Yo he leído estos días algunos, como Aquelarre, que se habían quedado aparcados y nos acordamos que fue un familiar el que se los encargó porque estaba montando un espectáculo, pero no se llegó a hacer y él se olvidó por completo. Si interesa y alguien los quiere editar, yo encantada, pero tal como está el panorama. Comprendo que ahora, tal como está la situación, no es para hacer estos gastos. Hay personas que necesitan ayuda para comer".