"Me comprometo a que en mi próxima gira española -se pondrá en marcha en otoño 2014- Tenerife estará entre las ciudades elegidas", asegura el veterano cantante y compositor Franco de Vita (1954) tras quedarse con las ganas de venir a esta capital para participar en la gala de los Premios Dial 2014 que finalmente tuvo lugar el pasado viernes en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid. "¿Qué paso?", se preguntó el multiinstrumentista caraqueño justo antes de añadir que "hasta hace unas semanas tenía entendido que la ceremonia se iba a celebrar en la Isla de Tenerife", puntualizando que "la sensibilidad canaria hacia los ritmos latinos no es un secreto".

¿Cómo está viviendo un venezolano toda la inestabilidad que desprende su país?

No es fácil realizar un análisis objetivo cuando hay tanta gente herida física y moralmente. Personalmente creo que no se puede aceptar una situación como la que se está viviendo en Venezuela.

¿Duelen las noticias que proceden de la octava isla?

El panorama está crítico y más que lo va a estar mientras no se abra una vía de diálogo entre las partes. Esto es tan sencillo como decir que hay gente que continúa aferrada a un posicionamiento que no gusta a una amplia mayoría de la ciudadanía. ¡Una pena!

¿Cuál es la clave para definir su última aventura discográfica?

Este disco es como una película. Un filme mío, pero también de las personas que han llegado a sentir cosas importantes oyendo las canciones que forman parte de él. Mire que estoy orgulloso de todos mis álbumes, pero este es uno de los trabajos que más alegrías me ha dado porque me permitió rescatar historias que escribí hace más de 15 años.

Alejandro Fernández, Diego el Cigala, Óscar D''León, Rocío Dúrcal, Tony Bennett... No sigo porque la lista es interminable. ¿Hay un secreto confesable para compartir todas esas vivencias?

No creo que tenga una habilidad especial para ubicarme junto a esos artistas (ríe)... Más bien, creo que todo obedece a una inercia que nace de la necesidad de compartir mis canciones. Nunca me ha molestado dar o formar parte de un proyecto en plural. Esta es una manera de crecer. Eso es algo que hice desde el comienzo de mi carrera profesional. Cuando escribí "Al norte del sur", por ejemplo, ya invité a varios colegas venezolanos a que me siguieran, pero solo se presentó Simón Díaz, que por cierto acaba de fallecer hace unos días... Esta es una forma de ganar espacio en unos mercados en los que uno no es tan conocido como en su país de origen.

¿Qué hace falta para ser el propietario de una carrera artística que ya dura más de tres décadas?

Lo primero son las ganas, pero a eso hay que añadirle otros elementos que tienen que ver con la responsabilidad, la ilusión y una confianza absoluta en las personas que te rodean. Mi manager lleva 28 años a mi lado, pero es que ya están en el proyecto sus hijos y los de los técnicos que venían conmigo cuando pusimos a andar todo esto. Esto es como una máquina bien engrasada a la que, por supuesto, le tiene que acompañar algo de fortuna para que las averías que van surgiendo en el camino no sean definitivas.

Su conexión con las Islas siempre ha sido muy poderosa, ¿pero tiene planeado regresar pronto a Canarias?

Yo esperaba hacerlo con motivo de los Premios Dial, pero esa opción ya se perdió. Esa tierra es especial. Prometo que antes de que acabe este año iré a cantar a Tenerife. La sensibilidad canaria hacia los ritmos latinos no es un secreto y, además, es como una extensión de mi país; un lugar en el que no me siento un extraño. No conozco a un venezolano que no hable con admiración de ese Archipiélago. Esa es una plaza apetecible por los intérpretes sudamericanos porque compartimos unas sólidas conexiones sociales y culturales que favorecen ese intercambio.

¿Un cantante que ya ha vendido más de 25 millones de discos cómo percibe la reordenación que se está dando en la industria discográfica?

Yo he vivido los días de oro de esta industria y sé que esos ya no volverán. Si no te adaptas a los nuevos tiempos, si no mutas, si no se produce una evolución te quedas atrás. ¡Estás muerto! En mi caso tengo que decir que la presencia en este equipo de los hijos de los técnicos que estaban conmigo hace 30 años ha sido beneficiosa para afrontar esas permutas. Yo he sido un hombre de cambios que ha buscado, combinado, recombinado situaciones distintas para evitar aburrirme y, sobre todo, aburrir al público.

¿Esa necesidad de salir a buscar nuevos retos es fundamental para aguantar las embestidas de los que vienen por detrás?

Uno busca situaciones que lo mantengan despierto en un mercado que está muy complicado. Está claro que la experiencia es un valor a tener en cuenta, pero los Grammy o vender 25 millones de discos nunca nublaron mi vista. Eso ya pasó. Si uno no lucha por lo suyo no va a venir nadie a hacerlo por ti y es probable que terminen pasando por encima de uno. Asegurarse la confianza de una discográfica es casi una proeza en los tiempos que corren -Franco de Vita lleva 25 años en la estructura de Sony Music y sus canciones han sido traducidas a 12 idiomas-, pero mucho más importante es mantener la ilusión intacta para querer seguir haciendo canciones. La entrega de un Grammy es algo que dura un día, dos como mucho, porque al tercero ya te tienes que estar buscando la vida otra vez. Eso es algo que me pilló muy joven, pero antes de eso estuve un montón de años con diferentes grupos consolidando la idea de que yo quería formar parte de la música.

¿Supongo que usted está en el bando de los que creen que una canción siempre es más difícil escribirla que cantarla?

Soy compositor, no podría estar en el otro extremo (ríe)... Una buena historia, en un libro, en una película o en un disco, requiere de una base muy sólida. Una canción bien hecha puede ser eterna; la que nace con dudas tiene una caducidad. Yo he tenido la gran suerte de crear composiciones que han marcado una época y que continúan siendo un referente a nivel mundial. La mejor prueba que puedo dar de ello es este disco.

¿Una de las ventajas de Franco de Vita es ese equilibrio entre esa calidez latina y la elegancia italiana que viene incluida en sus genes?

La tierra de mis antepasados tira, pero siendo muy sincero no sabría decir con exactitud qué porcentaje tengo en mi cuerpo de venezolano y cuánto de italiano. Si me dieran la posibilidad de elegir diría que en mi doscientos por cien de artista hay cien de italiano y cien más de venezolano. De Claudio Baglioni, por ejemplo, aprendí el valor real que tiene el texto en una buena canción.