"Suelo ponerme en el centro del escenario, en medio de dos bafles de sonido y debajo de unas luces". Así de sencillo resume Pablo Carbonell (1962) el espectáculo que esta noche, a partir de las 21:00 horas, pondrá en escena en el teatro Leal de La Laguna. Lichis, Los Delincuentes, Raimundo Amador, Pepe Bao y otros amigos conforman la nómina de colaboradores que se alinearon con él en su última aventura musical, aunque hoy solo esté acompañado en Aguere por "La cangrenosa", su guitarra.

En medio de tanto secretismo, lo que sí parece estar asegurado es que los que vayan al Leal se lo van a pasar bien, ¿no?

La gente que viene a verme dice que se ríe un rato, y algunos hasta me confiesan que canto bien... Se asombran de la cantidad de registros que tengo y hasta ponderan las letras de mis canciones porque las encuentran poéticas.

¿Cambiar la realidad del público que acude al teatro durante una hora y media no debe ser fácil?

Los chistes que más hacen reír son los que surgen en los instantes menos oportunos. Un chiste contado por un profesor de latín es desternillante. Yo creo que la necesidad crea el acto de reír y la gente necesita ir al teatro, el que aún pueda hacerlo, a divertirse.

¿Lo importante es que el público acuda con la predisposición de pasárselo bien?

Sí, pero no demasiada... Porque el castigo al que yo quiero someter al público durante el espectáculo requiere una primera parte un poco más psicodélica. Lo importante es que a la gente se le vaya desenroscando poco a poco la neurona hasta que finalmente pueda prescindir de ella hasta quedar aturdida y preparada para el amor...

Actor, cantante, escritor, guionista, humorista... ¿Usted se ha reinventado muchas veces?

Sí, podría decir que no he conseguido madurar en ninguna de mis facetas, o que en cuanto llegué a tener cierta excelsitud me fui para otro lado... A lo mejor es que he intentado correr más que el aburrimiento.

En "Canciones de cerca", que es el espectáculo con el que llega hoy a La Laguna, vuelve a sus orígenes. ¿Ahí está más cerca de la faceta que mostró con Los Toreros Muertos?

El problema es que no conozco otra forma de ganarme la vida. En serio, no sé hacer otra cosa... Tengo un grave inconveniente que me obliga a coger este tipo de trabajos. Y es que yo estoy operado de la espalda. Si pudiera cargar pesos no estaría haciendo el mono en un escenario (silencio). Si no tuviera esta maldita fascitis plantar estaría trabajando de camarero de sol a sol, pero no puedo (silencio). Me quitaron los meniscos de las rodillas (silencio). ¿Cómo voy a estar yo descargando barcos? Los riñoñes se me parten en cuanto hago un esfuerzo... He llegado a la conclusión de que estoy discapacitado para el trabajo. Que más quisiera yo que levantar a mí país, pero no puedo, es que no puedo... Como mucho, lo que sí puedo es levantar el espíritu de mi país, que es algo que pesa muy poco.

¿Y la cultura, también tiene poco peso en España?

La cultura no pesa poco, pero está perseguida por el gobierno y por el PP en general. Pero eso no es ninguna novedad. Antes de estar en el poder ya perseguían a todos los que mostraban en público algún síntoma de tener una curiosidad cinematográfica, lectora o teatral. En España se va en contra de todo lo que tiene más nivel que el fútbol, es decir, la cultura. ¡A que va a ser verdad que en este país no hay nada un poquito más elevado que esa perpetua exaltación, casi enfermiza, futbolística que tanto daño provoca a los que no tienen ni idea de lo que es un córner!

¿Confía en que haya una revisión del IVA cultural y, si finalmente este se modifica, no cree que esta llega demasiado tarde?

Todo está conectado, pero eso no lo digo yo... Eso es algo que se puede ver todos los días porque no es fácil poner de acuerdo a tantos directores, actores, guionistas, productores, electricistas... Alguien los ha tenido que cabrear mucho. Todo eso está relacionado con la exclusión por parte del gobierno de la gente de la cultura. Esto afecta a los niveles inmunológicos de las personas que nos dedicamos a esto. Y ahora me acabo de acordar de Dunia Ayaso...

¿Dunia Ayaso era un ejemplo de esa lucha que tanto caracteriza a la gente de la cultura?

Su fallecimiento fue un mazazo. Yo la conocí haciendo un corto en Tenerife ("Mirando a Laura"). Su sombra era Félix y aquello era como un maravilloso monstruo de dos cabezas. Los que disfrutábamos con sus creaciones, con su sonrisa interminable, con su optimismo contagioso nos hemos quedado bastante jodidos.

¿No tiene la sensación de estar siempre en la cuerda floja?

Puede ser, pero eso es algo que no me preocupa. Me enfado más cuando escucho las mentiras que dicen de mí desde que hice "La bola de cristal". Sabe. La envidia es mala; a mí me tachan de marxista, de estar como una puta cabra o de politoxicómano. ¡Pobres diablos!