Empapada de sentido y sensibilidad, la obra de Fernando Álamo escenifica contundentemente la vigencia de la pintura en el siglo XXI, su capacidad para sintonizar la individualidad con los signos de su tiempo. Acoge con la voluptuosidad de un alud de seda tanto el hedonismo de nuestra civilización como la angustia del hombre actual. l placer sensorial que regala la vida al que sabe y puede disfrutarla y el drama existencial que su finitud ensarta. Su arte es la herida hecha luz de Braque

Como la naturaleza, las obras de arte no necesitan tener ningún significado, "La rosa es sin porqué", dijo Borges que dijo Angelus Silesius. "Las flores" de Fernando Álamo brotaron en "l jardín en el agua" hace diez años y, desde entonces, son la imagen principal de su poética. La entrada con un neoexpresionismo elegante, a un mundo original, agitado e intenso que chorrea sensualidad cruda y erotismo, que aúna el percibir y el pensar, lo conceptual y lo emotivo. Visitarlo es una conmoción estética, inteligencia para los ojos y deleite mental. A algunos les basta con asomarse a la superficie y gozar del inmediato placer sensorial que dispensa; pero como buen nadador de amplio registro, Fernando Álamo deja la posibilidad de sumergirse en una poética que valora el instinto, la pasión, el humor y la espontaneidad. Abundante en citas faculta lecturas simbólicas, historicistas y estéticas, pero su obra más que una hermenéutica reclama una erótica de la mirada.

n 2008-2009 Fernando Álamo decide hacer una poda "Por narices" en su jardín. Para mantener la tensión poética se necesita una renovación y la que hace es radical. Limpia el cuadro de anécdotas y se queda con un par de manchones y un eje vertical. Arquetipos del rostro, su esencia o pura abstracción que, como es habitual en su obra, llegan cargados de vida y ambivalencia. ¿Sexos masculinos, rostros, solo pintura, poesía visual? l espectador puede gozar del estremecimiento de la voluptuosidad o/y buscar significados y claves. l artista dice que lo que ves es lo que ves, pero no debe olvidarse de que la ironía, la sexualidad y el humor sazonan su poética. Y que el arte es la más bella de las mentiras.

n el 2010 volvió a las flores y en 2013 pinta rinocerontes, cuevas y mariposas. l artista dice que todo es un trabajo con los cinco sentidos clásicos. Las flores activan el olfato, las frutas y los bombones el gusto, el ritmo de mi pintura viene de la música que no para de sonar en el estudio, con el tacto hago los cuadros y con la vista invito a los espectadores a que los disfruten. Y su relación diaria con el agua (fue nadador, sigue siéndolo) y el paso del tiempo traen nuevas sensaciones a su poética: la humedad, que es física y sexual. Y la levedad y lo efímero, existenciales.

("Fernando Álamo 2004-2013". spacio Cultural CajaCanarias. Plaza del Patriotismo 1. Santa Cruz de Tenerife. Hasta el 10 de mayo)