Las grandes empresas de internet valen miles de millones de euros. WhatsApp fue comprada por casi catorce mil millones de euros. Una empresa que no tiene ingresos por publicidad, afirma que no la incluirá en el futuro, y su aplicación cuesta 0,89 euros al año. o es u caso único, Snapchat, utilizada por los jóvenes, rechazó una oferta de tres mil millones de dólares. No generan ingresos que hagan justificar el precio que se está pagando por ellas. Sin embargo, son plataformas masivas de usuarios, se cuentan por cientos de millones, que generan con su actividad al utilizarlas una información valiosa para las marcas comerciales. La sabiduría popular nos dice que cuando no somos el cliente, pasamos a ser el producto.

Este tipo de aplicaciones son solo la punta de lanza de una red más extensa y a diferentes niveles del control sobre el consumo de los internautas. Por ejemplo, el iPhone, un servicio que ha reemplazado la importancia de los tradicionales operadores de telecomunicaciones y fabricantes como Nokia, en el pasado mes de abril superaba los 800 millones de cuentas registradas en su cuenta de iTunes, la mayoría asociada a una tarjeta de crédito. El número y tipo de compras que se realizan con el smartphone permiten a Apple tener control sobre los gustos y preferencias de los clientes. Después vino Google con Android y en los últimos años Microsoft con su renovada oferta de smartphones y tienda de aplicaciones centralizada.

El gran desafío de este siglo para las empresas no está en ofrecer contenidos y servicios de calidad, se presuponen para que puedan ser competitivas, sino en poder llegar al consumidor en el momento que lo necesita y eso implica conocerles mejor o ceder esa oportunidad a un tercero. El "aquí, ahora y ya" que ha impuesto un mundo hiperconectado a través de las pantallas requiere algo más que tener una app o una página web disponible. Obliga a llegar allí donde están los clientes. No se salva ni el pequeño comercio que se obligado a redefinir su forma de comunicar como las grandes empresas. Apple ya vende tarjetas regalo en Facebook, un competidor, y hay bancos han empezado a permitir operar en esta red social. Ambos han cedido parte de su conocimiento del mercado a cambio de ganar clientes.

Internet está eliminando intermediarios en todos los sectores de actividad pero está creando unos pocos que actúan de forma global y que se han convertido en auténticos estudios de los ritmos de la humanidad.

Vea en su móvil cómo se generan toneladas de datos con la actividad que se realiza en internet.

las claves

Pagos. Conocer dónde se gasta el dinero un cliente es valioso para los bancos. Gracias a los pagos en apps y "wallets", los gigantes de internet Google, Apple, o Facebook tienen acceso a esta información. El ocio ofrece un sondeo de mercado excepcional. El pago por servicios extras en una aplicación genera ingresos o los más de 90 millones de usuarios diarios que tiene el creador de Candy Crush hace que sea una empresa milmillonaria. Las apps de geolocalización junto a las de mensajería son los servicios que mayor detalle ofrecen en tendencias de consumo. Probablemente por ese motivo Facebook compró hace poco Movess. Los comercios incorporan con mayor frecuencia herramientas para conocer mejor a sus clientes y desde dónde vienen. Los códigos de barras y las redes sociales pueden ofrecer esta información.