El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado (1944), que fue Premio Príncipe de Asturias en 1998, está considerado uno de los máximos exponentes de la fotografía documental. Su última aventura, que se prolongó durante casi una década, está reflejada en la colección "Génesis", doscientas cuarenta y cinco imágenes en blanco y negro que describen la coexistencia de los humanos con la naturaleza y su necesaria protección para poder subsistir.

Este canto visual a la defensa del medio ambiente y de los seres que viven en su seno, ante el imparable mal llamado "progreso", es el argumento central de la exposición que se inauguró ayer en la sala de la Fundación CajaCanarias en Santa Cruz de Tenerife, con la colaboración de La Caixa, espacio en el que se mantendrá abierta al público hasta el próximo 13 de septiembre.

El acto de apertura de la muestra contó con la presencia de Andrés Orozco, director territorial de La Caixa en Canarias; Natalia Aznárez, directora general de la Fundación CajaCanarias; y Miguel González, director de la agencia Contacto, representante en España del fotógrafo brasileño y perfecto conocedor de su trayectoria. Todos destacaron la importancia de la exposición y de su objetivo.

"Génesis" resume la experiencia vivida por el veterano fotógrafo brasileño, quien armado con su Leika ha realizado treinta y dos viajes a lugares remotos de todo el planeta a la búsqueda de paisajes, ecosistemas y comunidades humanas que han "escapado" por el momento del fenómeno de la industrialización.

Miguel González comentó a este periódico que "Salgado ha buscado en esta serie la naturaleza en su estado absolutamente primigenio. Dentro de lo que es la producción de Salgado que conocíamos con los dos proyectos anteriores, La mano del Hombre y Éxodos, es un cambio absolutamente radical puesto que, por primera vez, se enfrenta a la naturaleza, a los espacios preservados todavía de esa agresión humana. Por primera vez se centra en ellos y fotografía la naturaleza, además en blanco y negro. Es un cambio y una aportación fundamental con respecto a sus trabajos anteriores".

A pesar de que este artista critica la agresión que el ser humano ha cometido con la madre naturaleza, incluye en su colección a diferentes tribus que viven ajenas al denominado desarrollo. "El ser humano también está presente, pero siempre se centra en el cuarenta y seis por ciento de la tierra que todavía no ha sido invadida por la industrialización, que no ha sido alterada y contaminada por el hombre. Se ha centrado en lo que podemos llamar los espacios intactos que, según estadísticas de los distintos organismos internacionales, representan un cuarenta y seis por ciento de la superficie de la tierra".

Para González, la mirada de este fotógrafo es única. "Su estilo, su forma de ver es única. Esto es lo que le hace distinto y ser él mismo. Él mismo comentó que la mirada de un fotógrafo es distinta de la de otros porque es el cúmulo de sus propias vivencias, de todo lo que ha acumulado en su interior".

Este ambicioso gran proyecto de Salgado ya se ha hecho realidad, tras una singular aventura por parajes casi vírgenes, en los que recorrió ochocientos kilómetros a pie durante tres meses, acompañado por quince personas y dieciocho burros de carga. La Antártida, Madagascar, Botsuana, Alaska, la selva del Amazonas o Siberia son algunas de las regiones que ha "pateado" este hombre-cámara para inmortalizar ese mensaje que quería transmitir con esta colección, seleccionada entre miles de imágenes que ha realizado.

Miguel González reiteró la idea de que el reconocido fotógrafo brasileño ha tocado ahora el tema de la naturaleza, aunque "su atención ha sido siempre la mirada de un fotógrafo documentalista que, a medida que ha ido desarrollando sus proyectos, se ha ido enfrentando y siendo testigo de distintos dramas, catástrofes y desapariciones, como el caso del hombre al final de la era industrial, y en el caso de Éxodos, de esas migraciones de poblaciones obligadas a dejar sus tierras por motivos bélicos, o de fenómenos de la naturaleza, o por trabajo".