El arquitecto tinerfeño Fernando Menis es, quizás, uno de los profesionales del arte del diseño de edificios más internacionales de Canarias. Su obra ha despertado interés en países como Suiza y Polonia, donde actualmente desarrolla varios proyectos, además de haber impartido conferencias en Hong Kong, Londres, Sebastopol, Dubai, Bogotá o Nueva York, entre otras ciudades en las que se conoce su concepto poético de la arquitectura.

Uno de sus últimos proyectos, "Hatching. El origen de una ciudad", ha conseguido abrirse camino en la Bienal de Arquitectura de Venecia a través de la invitación que le ha cursado el pabellón de Marruecos. Esta es la novena ocasión en la que está presente en este importante encuentro internacional, en el que se dan cita los mejores profesionales del sector. Su primera visita fue en 2002, cuando acudió con la obra Magma Arte y Congresos de Adeje.

Menis, que realiza de manera artesanal las maquetas de sus propuestas arquitectónicas, aclaró que "Hatching", la ciudad que presenta en Venecia, "es una máquina capaz de producir vida en condiciones adversas como las del desierto del Sáhara a través de procesos y energías naturales: la captura de los vientos alisios a grandes altitudes, la condensación de agua de las nubes, la protección de los vientos cálidos en las partes inferiores, la protección contra el sol y la creación de frescura interior".

Este sueño arquitectónico de Menis es un cubo (de 1 km x 1 km x 1 km), una ciudad ideal en la que se generaría un microclima. "Un proyecto así podría mejorar las condiciones de vida de todos los habitantes del desierto del Sáhara y de otras zonas desérticas del planeta sin consumir energía y aprovechando toda la naturaleza que esos lugares tienen a su alrededor. También es aplicable a zonas de Canarias como los sures de Tenerife y Gran Canaria y las Islas de Fuerteventura y Lanzarote".

Una de las tendencias que definen el trabajo de este profesional es que siempre es muy respetuoso con el entorno en el que le proponen intervenir, al que siempre intenta adaptarse. "En Canarias, de alguna forma, siempre hemos tenido el paisaje como muy de referencia. Poco a poco hemos ido saliendo fuera y siempre consideramos muchísimo el medio donde estamos. Intentamos trabajar con métodos locales, utilizando los medios y la tecnología del lugar".

Esta filosofía también está presente en los materiales que elige para los edificios que diseña. "No hay nada predeterminado. Nosotros usamos mucho el hormigón en Canarias, que lo conozco porque históricamente ha habido arquitectos fantásticos que lo han trabajado superbien, al igual que encofradores. Pero ahora, por ejemplo, tenemos un edificio en Suiza, de un concurso que hemos ganado, y es de madera, porque es lo que hay y lo que exige el clima donde está".

Su estudio también desarrolla otra obra en Polonia, "estamos haciendo el Auditorio Jordanski, en Torun, que es un espacio multifuncional muy complejo, pues el interior lo estamos haciendo en ladrillo, porque la ciudad entera es de ladrillo. Es lo que interesa, porque el ladrillo es la materia prima del lugar. Y eso te facilita que con el tiempo siempre puedas reponerlo, porque lo fabrican al lado y, además, la inversión se reparte en el entorno. No tienes que comprarlo en China o en otro país".

Menis defiende lo que se denomina arquitecto del kilómetro cero porque "utilizas métodos y materiales locales, lo más cercano posible. Es esa tendencia que hay ahora de desinternacionalizar, porque todos los materiales que vienen de lugares lejanos comportan unos gastos".

Este estudio tinerfeño lleva ya varios años trabajando en el extranjero, antes de que comenzase la crisis. "El concurso de Polonia lo ganamos hace ya seis años, también surgió otro en Lisboa. Siempre he tenido una tendencia a aprender de otras culturas. No hemos salido por necesidad, sino por ilusión, y la verdad es que la experiencia ha sido muy fructífera".