Con menos "bultos" y más claridad en la calle de la esperada, La Laguna acogió ayer la Fiesta de la Música 2014, un evento que no cumplió las expectativas de muchos, principalmente los hosteleros del casco antiguo.

Aquellos que esperaban encontrarse con una versión primaveral de la Noche en Blanco, se llevaron una decepción al no ver las calles desbordadas de personas ni los alrededores de los escenarios intransitables.

Pero esto no implica que haya sido un fracaso, todo lo contrario, pues de miles de personas pasaron una agradable tarde con el casco antiguo con más ritmo de los últimos meses, sobre todo al final de las más de tres horas de música, que se prolongaron hasta la llegada del día hoy en el escenario de la plaza del Adelantado.

Y es que, salvo por los negociantes de la zona y algún visitante, más de un curioso que acudió a Aguere agradeció poder caminar cómodamente por las calles peatonales del municipio, e, incluso, ponerse en primera fila de alguna actuación sin grandes dificultades.

El problema, a juicio de algunos hosteleros, fue la falta de publicidad, pues, según relataron, los "flyers" y demás elementos creados para la difusión del evento llegaron hoy a bares y restaurantes.

A las 16:30 horas, Tambawa Percusión anunció el arranque del festival a ritmo de batucada por las calles, casi vacías, comprendidas entre Doctor Olivera y plaza del Adelantado. La Fiesta de la Música ya daba comienzo, pero el público parecía no llegar.

Con el paso de las horas, las calle de Aguere fueron adquiriendo ritmo y "cabezas" en movimiento, muchas de ellas más decididas a pasear con banda sonora de fondo que a pararse a ver una actuación completa. Esto fue de agradecer por más de un "bailarín" que aprovechaba el espacio libre para dar clases magistrales de simpatía y ganas de divertirse.

Que el público fuera un vaivén y las calles no estuvieran llenas no afectó en medida alguna a los artistas, quienes ofrecieron un buen espectáculo, cada uno en su estilo (jazz, latin reggae, heavy rock, folclore, pop rock, soul...

Lo mismo ocurrió en los escenarios ubicados bajo techo, como el Ateneo o el Convento de Santo Domingo, donde las actuaciones de la Escuela Municipal de Música de La Laguna Guillermo González o los artistas Esther Alfonso (voz) y Augusto Báez (piano) hicieron las delicias del público, que ocupaba la mitad del aforo.

Pero de lo que no hubo duda fue de que el festival gustó más a niños que a mayores, pues los menores no solo ocupaban las primeras filas de los escenarios, sino que llegaron a "apropiarse" del karaoke de la calle Ascanio y Nieves.