El cuento de la gallina de los huevos de oro. Ese podría ser uno de los puntos de partida del debate que EL DÍA pone a disposición de sus lectores esta semana. ¿Cómo respira la industria encargada de generar una oferta musical que en el pasado fue un gran reclamo turístico? En la mesa de discusión se sientan Martín Rivero y Santi Gutiérrez, co-directores de Son Atlántico, Cándido Pérez, director de Producciones OYE, y Jairo Núñez, director de la empresa Arte Valle Producciones, quien por encontrarse en Bélgica el día en el que se celebró la reunión participó a través de una videoconferencia.

Si tuviera que tirar del extenso y sabio refranero español, hay uno que encajaría a la perfección a la hora de definir que ha cambiado en los últimos años. "Agua pasada no mueve molino". Los protagonistas de este encuentro en torno a los malos tiempos que vive un sector que en el año 2012 entregó a las arcas del Gobierno canario más de 30 millones de euros en concepto de IGIC coincidieron en señalar la indefensión que padecen a la hora de emprender la aventura de intentar montar un concierto, la desunión que tradicionalmente ha existido entre los promotores o por qué no se implantan unas ventajas fiscales idénticas a las que se les proporcionan a los directores de cine que optan por traer sus millonarios rodajes al Archipiélago.

"Somos las víctimas más sangrantes de los recortes; hacer un concierto hoy en día es una heroicidad", declaró Martín Rivero en torno a una emprendeduría que compara con el periodismo. "La producción de conciertos y el periodismo comparten aspectos utópicos que las convierten en profesiones suicidas; en ambas vives todo el día con el gusanillo de querer hacer cosas aunque tengas claro que te vas a dar un taponazo contra un muro". En ese punto, Cándido Pérez introduce un elemento que tiene que ver con el 32% del índice de desempleo que existe en las Islas y los umbrales de pobreza que han llenado los comedores sociales de personas extremadamente desamparadas. "Al político de turno se le hace muy difícil vender cultura, entre otras cosas, porque cree que no es correcto estar hablando de organizar un concierto, puesto que se ha instalado el miedo al qué dirán. Esto no es un bien necesario y, por lo tanto, podemos prescindir de ello", argumentó un empresario que tiene en su poder una agenda en la que hay unos setenta artistas canarios. "Los políticos nos han abandonado; nos dejan tirados porque la cultura no es necesaria. Esa es la realidad que toca explicar en torno a las calamidades que estamos padeciendo", reiteró.

Jairo Núñez fue contundente al denunciar que "la administración canaria no es consciente de que está destruyendo nuestra industria cultural", defendió en una primera reflexión que ocultaba un análisis en profundidad. "Yo comparto residencia entre Canarias y Bélgica y conozco la realidad europea. Allí, por supuesto, han recortado las inversiones en cultura aplicando la lógica, no la salvajada que han cometido en España. Lo de Canarias es otra historia que no tiene nombre, pero ellos juegan con la certeza de que la cultura no es un derecho igual de prioritario que la sanidad o la educación. Yo soy el primero en defender que esas partidas no se pueden tocar, pero el Gobierno canario sabe perfectamente que este es un sector que no se va a movilizar en las calles en su contra. Por eso actúa de esta forma; no se siente presionado".

La autocrítica funcionó en distintos tramos de un debate en el que el grancanario Santi Gutiérrez, impulsor en su día del Aguaviva Canarias, armó un discurso conciliador. "La industria que generan los conciertos en Canarias está K.O.. Aquí no se salva nadie. Los que llevan 20 años trabajando en la promoción de esta actividad se encuentran desesperados por la imposibilidad de escapar de una espiral destructiva que se lo está llevando todo por delante. Es verdad que se percibe un espejismo en la gente nueva que está tratando de inventar otro modelo, pero ya hemos contado que si el mensaje que ofrece la clase política es que sin cultura podemos vivir igual, los ciudadanos nunca sentirán el impulso de acudir a una taquilla a comprar una entrada para un concierto u otro espectáculo cultural", reconoció Gutiérrez.

Tanto Núñez como Gutiérrez emitieron varios síntomas de la falta de coordinación que ha existido en las promotoras locales. "Puede que los que nos dedicamos a esto no hallamos sabido vender nuestro producto", dijo Santi en una respuesta que avaló al cien por cien Martín Rivero. "A mí me llegó a llamar un empresario peninsular para decirme que ya estaba harto de las peleas que se montaban en Tenerife a la hora de negociar la contratación de un cantante", desveló Rivero antes de abrir otra pregunta. "¿Cándido, te acuerdas cuando dos o tres productores nos enfrentábamos por firmar a un artista?". El director de Arte Valle Producciones no dejó pasar la oportunidad de exponer que "no hemos sabido aprovechar la visibilidad que nos dan los medios de comunicación para decirle a la sociedad que esto no es tan fácil", contó Núñez.

Pérez aprovechó la idea anterior para desterrar el concepto generalizado de que "aquí estamos para llenarnos los bolsillos de dinero, conducir coches elegantes y vivir a todo tren... Yo sé lo que es darse un batacazo y empezar de nuevo", confesó en un tramo de su intervención en el que se coló Martín Rivero. "Claro que alguna vez he ganado dinero, pero otras veces me quedé a dos velas o con grandes pérdidas. Ahí reside el riesgo de este oficio". Su socio en la organización de Son Atlántico puso al descubierto que "el promotor de fuera que viene a Canarias con la intención de hacer negocio enseguida percibe que esto no es tan fácil y no vuelve más. Tenemos un ejemplo muy reciente de ello. El que viene a las Islas y empieza a analizar los costes no vuelve más porque este territorio ya no es rentable", añadió Gutiérrez.

Sobre la posibilidad de lograr un régimen fiscal con las mismas condiciones que están estipuladas en los contratos de rodajes de películas en Canarias, Martín Rivero dijo que "si a mí me dan esas ventajas a la hora de tributar cada ejercicio a ver si no traigo conciertos. Sería idiota si no lo hiciera, ¿no? Pero en las actuales condiciones no existe la posibilidad de organizar nada de gran o mediano formato". Pérez y Gutiérrez realizaron un frente común a la hora de exponer que con "la misma pena con la que hablan de lo que perdemos en esta tierra porque el CD Tenerife y la UD Las Palmas no estén jugando actualmente en Primera División, o incluso cuando cayeron en Segunda B, ahora no vemos a esos político quejarse por lo que hemos perdido por no poder traer a las Islas a grandes estrellas de la música".

Jairo Núñez, que antes de poner en marcha su productora acumuló múltiples experiencias nacionales e internacionales como tenor, avisó de que lo que estaba a punto de decir le podía crear algún que otro problema. "Sé que este pensamiento me puede pasar factura, pero lo hago desde el conocimiento del que sabe cómo se mueve un sector de la música que tiene un trato especial por parte de los políticos canarios y que está reservado a una minoría. ¿Cómo es posible que se inviertan más de 700.000 euros en el Festival de Música de Canarias a cambio de una audiencia que no llega al 0,01% de la población? Para mí supone un lujo desmedido gastar lo que se gastaron en contratar a la Orquesta Sinfónica de Chicago para dar un par de conciertos teniendo en cuenta el panorama que aquí se está describiendo", concluyó.

Ese fue el descenso que experimentó el presupuesto que el Gobierno regional destinó a Cultura en 2012. En un par de meses retrocedió desde los 49 millones de euros (2011) a poco más de 13,5.

Los empresarios del sector cultural que trabajan en las Islas estiman que esta es la rentabilidad que se obtiene por cada euro que la administración pública destina a un proyecto orientado a crear oferta cultural.

Martín Rivero y Santi Gutiérrez son los "arquitectos" de un proyecto cultural que se alimenta de las experiencias vividas en Son Latinos y Aguaviva Canarias. Son Atlántico es el nombre de un festival que está asociado a una idea de turismo sostenible. "Nos tenemos que reinventar...", avanzó Rivero. "Arona es un municipio que ha entendido que invertir en cultura repercute directamente en el tejido económico local", señaló en relación a un proyecto que confía en hacer realidad en la segunda quincena del próximo mes de agosto. "Ahí existe una vía para recuperar la ilusión", vaticinó Martín Rivero.

"Estamos trabajando con un presupuesto low cost, pero con unas ganas tremendas a ver si conseguimos que esto se mueva algo", incidió en torno a una cita que está planificando una amplia oferta cultural ligada al cuidado de los recursos naturales. "Esta es una actividad de contagio, es decir, que en muchas ocasiones nos dejamos llevar por la inercia de no querer hacer nada porque a nuestro alrededor el panorama es bastante desolador", puntualizó Gutiérrez en torno a una pasividad que buscan romper con Son Atlántico. "Creemos que esta es una magnífica oportunidad para intentar revitalizar al sector".