Marina Medkova y Dmitry Osipenko participaron recientemente en el Encuentro Internacional sobre Movilidad Artística y Cultural celebrado en el TEA de Santa Cruz, donde representaron a la Unión de Teatro de la Federación Rusa (UTFR), asociación con sede en Moscú cuyos orígenes se remontan al año 1877.

Estos expertos en cooperación internacional de la UTFR, que tiene más de veinticinco mil socios, entre actores, directores y otros profesionales del mundo de la escena, explicaron sus puntos de vista sobre lo que es la movilidad artística y cultural, su incidencia en Rusia y los problemas que padecen para su aplicación.

Marina Medkova aclaró que la movilidad "es un tema que aparece en la agenda de la vida cultural rusa muy recientemente, hace apenas tres años. Inicialmente se ha entendido como un intercambio internacional de las relaciones. Este concepto ha evolucionado y hoy tiene una idea de proyección, de reciprocidad, de ida y vuelta, poniendo el centro en la experiencia del artista y del creador".

Esta especialista aseguró que "la movilidad permite al artista contaminarse con el exterior, entender lo que ocurre fuera, establecer un intercambio de cooperación y acercarse al mundo, conocerlo y desarrollar proyectos en un plano de igualdad".

Para Medkova, el principal problema que impide el desarrollo de la movilidad en Rusia es "la barrera lingüística. La mayoría de la población rusa no habla otro idioma. No habla inglés".

También precisó que la "mayoría de los artistas entiende la cooperación de una forma muy simple. Solo van fuera a participar en un evento o presentar un espectáculo y no entienden que la movilidad es algo más complejo: tejer redes de intercambio, estabilizar relaciones... Tienen una concepción excesivamente individualista. No piensan en el impacto que pueda tener para su comunidad. Tienen que cambiar su mentalidad del uso instrumental de la individualidad por cierta responsabilidad social y cultural".

Para evitar esta situación, habría que utilizar estrategias como "la educación, una mayor formación que permita entender los intercambios culturales en toda su amplitud, además de buscar espacios para hacerlo".

Por su parte, Dmitry Osipenko, cuestionado sobre el papel que pueda jugar Canarias en las rutas internacionales de movilidad, comentó que "con el contacto que he tenido con las autoridades locales, Cabildo y Gobierno de Canarias, he podido detectar que comparten preocupaciones con las asociaciones independientes. El hecho de celebrarse una reunión es una buena noticia, al igual que Canarias quiera jugar algún papel en la movilidad internacional. Esto indica que hay una agenda compartida que puede suponer un punto de partida".

Las barreras legales, las fronteras, es uno de los temas que más preocupa a Osipenko. "Hay que saber identificar con claridad quiénes son los interlocutores más adecuados para poner en contacto a las personas, que no se disuelva solo con el viaje de uno y del otro".

Con respecto al papel de internet en la movilidad, opinó que "es un instrumento válido a efectos de búsqueda de información, de socios o informar de tus programas y objetivos. Puede acelerar la gestión, pero su limitación es que no hay sustituto posible del contacto personal, físico. Internet es una ayuda, pero no un sitio de intercambio real entre personas y grupos".

Por último, indicó que lo que Rusia puede exportar al exterior, sobre todo, es "la educación teatral", e importar del resto del mundo, "que los creadores y artistas rusos tuvieran la oportunidad de ver como trabajan, los procedimientos y puesta en valor que hacen los artistas del resto del mundo".