"Las vidas de Grace" (imaginativa traducción del original "Short Term 12") es una de esas películas a la que ya le han colgado el sambenito de "cine indie". Nunca he estado de acuerdo con las etiquetas y en crear trincheras cinéfilas, que si cine de comercial, que si cine de autor, que si cine de serie B... (que cada lector complete su particular lista). Solo existe el buen cine y el mal cine. Y "Las vidas de Grace" es una buena película.

El segundo largometraje de Destin Daniel Cretton ofrece un acercamiento a la realidad de los menores de edad que viven en centros de acogida bajo la tutela del Estado y a la de sus educadores sociales. Entramos en la historia a través del primer día de trabajo de un asistente social, en una trama circular, en la que principio y final se unen en un bucle sin fin. Que Daniel Cretton haya escogido esta historia no es casualidad, ya que trabajar durante dos años con adolescentes problemáticos le marcó profundamente y decidió rodar en 2009 un corto sobre su experiencia, pieza que ahora ha trasladado al formato largometraje, cambiando el personaje masculino central por uno femenino.

Lo que más concita la atención es que Daniel Cretton ha conseguido con una gran sencillez mostrar la dureza de las situaciones que los protagonistas sufren sin necesitar de momentos sensibleros ni escenas altisonantes. Muestra de forma agradable lo desagradable, lo hace con sutileza y elegancia, incluso en los momentos catárticos. Posee "Las vidas de Grace" una realización intimista, contenida, en la que los planos están diseñados para que el público tenga la sensación de cómo es vivir cada día en una casa de acogida. Hay un perspicaz uso de la claustrofobia en algunos planos para reflejar una cierta sensación de opresión.

En los momentos más íntimos se muestra a los intérpretes a través del marco de la puerta o de la ventana. Los espacios abiertos solo aparecerán al final como plasmación de una liberación, ejemplificada en la escena de la bicicleta. Asimismo, confeso deudor del Lars von Trier del Dogma 95, Cretton emplea la cámara al hombro para conferirle una mayor autenticidad al relato; aunque no llega a obtener el pulso narrativo de la magnífica "Hoy empieza todo" (1999) del cineasta galo Bertrand Tavernier.

Daniel Cretton emplea a los asistentes sociales como forma de galvanizar la trama, los cuales hacen uso del acto de la narración como forma de procesar las graves experiencias que han vivido en primera persona. Descubrimos que el personaje central de la cuidadora Grace tiene más de un punto en común con una de las conflictivas adolescentes que acaba de ingresar. Ambas tienen heridas por cicatrizar. La intensa actuación de Brie Larson (a la que hemos podido ver en "Scott Pilgrim contra el mundo") ha sido merecedora del premio a la Mejor Actriz en el Festival de Locarno en 2013. "Las vidas de Grace" comparte con "The Extraordinary Tale" las dudas de la protagonista por la maternidad, aunque en este caso el origen radique en un trauma de la infancia.

En el trasfondo hay una relación de pareja, muestra cómo esta se resiente por las heridas emocionales del pasado. El rol de novio comprensivo lo encarna John Gallagher Jr. (conocido, sobre todo, por su aparición en la serie "The Newsroom"). El personaje de Mason representa a algunos de los supervisores que trabajan en estos centros y utilizan el humor como una herramienta de trabajo.

Es un filme que ha gustado al público de diversas latitudes, ya que se ha hecho acreedor de seis galardones del público en festivales de Los Ángeles, Gante, Atenas o Barcelona, destacando el de la última Seminci de Valladolid. La razón hay que buscarla en que habla con honestidad de la condición humana. La tesis de "Las vidas de Grace" es sencilla: vencer los traumas del pasado y aprender de ellos para poder seguir adelante.

Entre los estrenos de la próxima semana destaca sobremanera el filme austríaco "Shirley: Visions of Reality", en la que trece pinturas de Edward Hopper cobran vida para contarnos la historia de una mujer que no acepta la realidad de la época que le ha tocado vivir: los Estados Unidos de los años 30 a los 60. Otra oferta atractiva es la del largometraje noruego "Mil veces buenas noches", en la que Juliette Binoche, que recientemente ha estado en Tenerife rodando a las órdenes de Isabel Coixet, se mete en la piel de una fotógrafa de guerra, reflejando el difícil equilibrio entre su vida personal y profesional. Los que prefieran no pensar tienen en "Transformers: la era de la extinción"el vehículo idóneo de evasión que buscan. La cuarta entrega de la saga promete efectos especiales a porrillo.

Otra opción más recomendables es "#Chef", que se centra en la historia de un prestigioso cocinero que recupera la pasión por la cocina abandonando un restaurante de prestigio por un camión ambulante de comida. Cuenta con un reparto estelar en el que se encuentran Scarlett Johansson, Dustin Hoffman o Robert Downey Junior.