Así como el lino, del que hemos hablado hace unas semanas, el algodón también es una fibra natural y fresca, ideal para el calor del verano. En la actualidad oímos cada vez más hablar de algodón orgánico, o algodón ecológico. Aprovechando mi viaje a Brasil, uno de los principales productores mundiales de algodón, os voy a contar algunas cosas interesantes sobre la producción del algodón convencional y el orgánico.

Lo primero que debemos entender es el término orgánico. Él se refiere a la manera como los productos son cultivados. El sistema de producción orgánico excluye el uso de productos químicos como fertilizantes y pesticidas, utilizando los principios de producción de la agricultura sostenible: el control biológico de plagas y el mantenimiento y la recuperación de la fertilidad y la vida del suelo a través de la rotación de culturas.

Así, el algodón orgánico es aquel obtenido con sistemas sostenibles en el tiempo y en el espacio, a través de la gestión y protección de los recursos naturales, respetando el medio ambiente.

Hasta antes de los años 80, la producción del algodón era naturalmente orgánica pero el crecimiento de la populación y la gran demanda del producto hicieron que la fibra tuviera que ser producida a larga escala. Todos queríamos T-shirts. Muchas T-shirts.

Para conocer la importancia del algodón orgánico, debemos saber que el cultivo del algodón convencional (no orgánico) es el que utiliza más productos químicos nocivos a la salud. De acuerdo con los datos del Instituto Ecotece, en São Paulo, el 25% de los insecticidas producidos en el mundo son utilizados en el cultivo de la fibra de algodón convencional.

El algodón es una planta frágil y está expuesta a más de 600 plagas diferentes que pueden atacarla y dañar el cultivo. Para producir a larga escala, son utilizados muchísimos productos químicos y, cada año, son muchos los agricultores que mueren por utilizar y estar en contacto prácticamente a diario con esos productos.

Además de matar y enfermar a los agricultores, pájaros, peces, insectos y otros animales también sufren las consecuencias de la utilización de esos productos químicos, sin hablar de la contaminación del suelo y de las fuentes de agua.

Está claro que la producción del algodón orgánico es menor y, también por ello, el producto final es más caro. En cuanto se cosecha mil kilos de algodón orgánico por hectárea, se puede conseguir de cinco a seis mil kilos por hectárea cosechando con productos químicos. Cabe a nosotros saber si merece la pena pagar el alto precio en destrucción que esa producción a larga escala trae a nuestra salud y a nuestro planeta.

Si queremos ser consumidores responsables, es muy importarte ser conscientes que la industria de la moda es una de las más contaminantes y dañinas para el medio ambiente. Aún según datos de la Ecotece, un kilo de pesticidas aplicados a un cultivo, contamina mil millones de litros de agua. Y eso solo en el cultivo de la materia prima. Si hablamos de todos los agentes contaminantes que son utilizados para teñir y lavar las piezas, los números son todavía más alarmantes.

Por ello, para mantener la cadena de producción ecológicamente correcta, los productos el algodón orgánico deben utilizar pigmentos naturales y suavizantes biodegradables.

Pensando en formas todavía más limpias y menos contaminantes de producción, en la región nordeste de Brasil ya se está produciendo un algodón orgánico con colorido natural. Entre los colores más frecuentes están tonos de beis, marrón y verde. Esos de diferencian de los blancos en un aspecto: sus fibras son más pequeñas y algo más débiles, lo que no impide que se pueda producir con ellos todo tipo de piezas.

Según Maysa Motta Gadelha, directora-presidente de CoopNatural, una empresa Brasileña productora de algodón orgánico, los algodones de colores fueron considerados una anomalía y durante mucho tiempo fueron descartados para no obstaculizar el cultivo de algodón blanco. Hoy en día, muchas marcas volvieron a usarlo, como producto noble.

La CoopNatural apoya más de 20 asentamientos de agricultura familiar en el nordeste de Brasil, agregando más de 1500 personas en la producción del algodón orgánico Natural Fashion, que ya nace colorido en los colores crudo, zafiro, marrón y rubí.

Después de entender algo más del proceso de producción del algodón convencional y del orgánico, está claro porque los productos de cultivo ecológico son más caros. Diseñadores como Stella McCartney, conocida activista del ecológicamente correcto, están utilizando cada vez más el algodón orgánico en sus colecciones. Su línea de ropa interior en algodón ecológico fue un éxito en todo el mundo.

En el futuro, esperamos ver cada vez más consumidores que conozcan las consecuencias del consumo desenfrenado y apuesten por productos de mejor calidad y menor perjuicio ambiental. Depende de cada uno y todos agradecemos.