Un año más La Palma da la bienvenida a las músicas del mundo en Arte Confluencias, que celebra su tercera edición desde ayer hasta el 6 de septiembre. Se trata de un festival que pretende desarrollar vínculos entre Europa y la Isla, y que se presenta como una oportunidad diferente para descubrir algo joven, fresco y hecho por talentos de diferentes nacionalidades.

"La idea de Arte Confluencias realmente surgió de una forma espontánea, no fue algo meditado" recuerda Pablo Rodríguez, violinista y organizador. Estando en Rotterdam invitó a un amigo violinista a su isla natal, sin esperar que se fueran uniendo más personas a la visita, hasta formar un grupo. Tras dicho grupo nació la idea, el nombre y la temática del festival, que intentó aunar habilidades dispares.

"Confluencias porque es un sitio donde confluye toda esta gente de diferentes lugares, y arte porque siempre queremos englobar alguna disciplina más allá de la música", explica sobre el nombre del festival, y añade que "esta es una iniciativa que nace de nuestra voluntad de querer tocar. Somos músicos que terminamos de alguna forma nuestra formación reglada, pero que somos muy activos y queremos apostar por proyectos que puedan crecer", expresa.

"El que vengan a Arte Confluencias les llena tanto a nivel musical, porque desarrollan proyectos nuevos, como también a nivel emocional, porque entran en contacto con la gente, las costumbres y están en un sitio donde no los conocen y pueden aprovechar para abrirse como músicos".

Detrás del festival están él y Galguén Producciones, "que es más bien una productora familiar. Queremos hacer cosas por amor al arte, porque realmente no tenemos beneficios, aunque intentamos no tener pérdidas", y asegura que esto no sería posible sin el apoyo de su familia.

"Los conciertos van a ser todos de entrada libre, aunque este año queremos apostar por la donación". Los beneficios se destinarán a los gastos de los músicos, pues el apoyo de entidades "en ningún caso sufraga al 100% el festival", adelanta el joven, al que le gustaría encontrar una fórmula de autofinanciarse para que el músico no tuviera que pagar nada, sólo participar en un intercambio cultural a nivel local.

"Concretamente La Palma tiene unas cualidades para esto únicas. Ofrece diferentes paisajes y músicos locales muy buenos. Arte Confluencias es La Palma, si no perdería su sentido, se convertiría en lo opuesto", alega el violinista, que sueña con estar más frecuentemente de camino entre La Palma y Holanda.

"Viene una banda llamada VDRSH, que se formó en Rotterdam, cuenta con siete miembros y lleva tres años rodando. La música que hacen pega muchísimo con el misticismo que proyecta la Isla, porque su música es muy progresiva, tiene muchas sonoridades y escenarios, y La Palma ofrece realmente eso. Además, son músicos que tienen individualmente una trayectoria admirable". El grupo presentará su nuevo EP "The Whims of Mr. Hoogeloon", además de temas inéditos que serán compuestos en la Isla. Al margen de los conciertos de la banda invitada, se desarrollará "Las Noches de Confluencias", un espacio improvisado a modo de jam session en el que, aunque preparan el repertorio base, "nunca se sabe cómo empieza ni cómo acaba". Esta edición "pretende ofrecer, arriesgar y proponer algo opuesto a lo del año pasado".

"Ahora estoy volviendo a renacer porque los estudios de violín clásico son muy exigentes. El violín clásico demanda el 100% de tu capacidad como violinista, tanto a nivel técnico como musical", afirma el músico, orgulloso de desarrollar diferentes proyectos paralelos a sus recién acabados estudios. "Quiero recuperar la sensación de cuando era pequeñito, tenía un desparpajo en el escenario mucho mayor".

"Codarts Rotterdam - el conservatorio - es un sitio al que viene gente de todo el mundo. Sabes que tienes que dar lo mejor para lograr llegar a la meta. Yo realmente me propuse el violín clásico como un reto de mejorar a nivel técnico. Un violinista tiene que conocer las raíces de su instrumento, y para conocerlo y llegar a un nivel de profesionalización necesitas un maestro", detalla, añadiendo que "en Europa hay mucha competencia".

"La Palma es una isla que siempre exige y exigirá que se desarrollen cosas", asegura finalmente, consciente de que "hay un público que realmente demanda este tipo de música".

En la agenda de Pablo Rodríguez queda un concierto en Berlín junto a Ima Galguén, retomar el dúo con el guitarrista Pedro Díaz y continuar la andadura que comenzó recientemente con DOT QUARTET, un cuarteto de cuerda que incorpora repertorio propio inspirándose en Turtle Island String Quartet, aunque enfocado a las raíces flamencas y folklóricas.