Como nunca antes, la soprano griega María Callas, icono de la ópera del siglo XX, podrá ser escuchada gracias a la remasterización de su obra llevada a cabo por los técnicos de sonido de los emblemáticos estudios londinenses de Abbey Road.

La caja con 69 discos de las grabaciones originales de estudio de Callas será puesta a la venta el próximo 23 de septiembre, después de un minucioso trabajo de remasterización que ha llevado más de un año y en el que los ingenieros recurrieron a tecnología punta.

Para esto, los expertos utilizaron las grabaciones y evaluaron las notas apuntadas en las piezas musicales.

"La intención era dejar todo como estaba pues son piezas de historia. El trabajo fue como restaurar una pintura antigua, revelar los colores originales sin agregar nada", dijo el experto en remasterización Andy Walter en los estudios de Abbey Road, los mismos donde grabaron los Beatles en los años sesenta.

Desde un pequeño estudio, equipado con grandes ordenadores en los que la música puede literalmente "verse" además de escucharse, los ingenieros hicieron la ardua tarea de pulir la obra de Callas.

Según Walter, en algunas grabaciones podía escucharse el ruido de las "vespas" italianas que pasaban por La Scala de Milán mientras la soprano cantaba, pero ese sonido no podía apreciarse en las grabaciones de entonces por falta de tecnología.

Los discos en venta contienen la música que grabó la soprano entre 1949 y 1969, así como un libro con su biografía, algunas fotografías no vistas hasta ahora y cartas.

Walter admitió que al empezar hicieron un trabajo un tanto "detectivesco" ya que fueron a los archivos para ver las notas porque querían ser "fieles al trabajo original, sin agregar nada".

El objetivo -según los técnicos- era obtener una obra de "alta definición y claridad", después de limpiar el sonido ya que consiguieron retirar muchos errores técnicos.

"Con la nueva tecnología, podemos escuchar cosas que en su día los técnicos no notaban", insistió Walter.

La música remasterizada contiene las grabaciones hechas en estudio por Callas para EMI/Columbia y la italiana Cetra entre 1949 y 1969, los años de su apogeo como artista.

A pesar de haber muerto en septiembre de 1977, Callas -cuyas grabaciones pertenecen actualmente a Warner Classics- es una figura adorada por los amantes de la ópera, debido a la potencia y versatilidad de su voz y su carisma en el escenario.

Nacida en Nueva York en el seno de una familia griega en 1923, su pasión por la música la afianzó en Atenas gracias a las clases que recibió de Elvira de Hidalgo, quien había cantado con Enrico Caruso.

Pero su salto a nivel internacional fue en 1947, cuando cantó en el Arena de Verona (Italia), con La Gioconda.

Si bien dio sus primeros pasos con personajes como Gioconda, Turandot o Isole, las interpretaciones más famosas las hizo con Amina en La Sonámbula, de Vicenzo Bellini; Violeta en La Traviata, de Giuseppe Verdi, o Floria en la Tosca de Giacomo Puccini.

Su apogeo fue a principios de los 50, cuando cantó en los teatros de ópera italianos más prestigiosos, como La Scala, y también en la Royal Opera House de Londres o la Opera Metropolitana de Nueva York.

También fue aclamada por la Opera de París, la State Opera de Viena y los teatros de Chicago o Dallas (EEUU).

Sin embargo, a finales de los años cincuenta, cuando mantenía una relación con el magnate griego Aristóteles Onassis, su voz se volvió más frágil y sus últimas actuaciones las hizo en 1965.

Callas es recordada sobre todo por la potencia y profundidad de su voz, lo que le permitió ser una soprano que recurría a matices, como soprano spinto en Aida o soprano lírica en La Bohemia, pero también como mezzosoprano en el Barbero de Sevilla.