Una década después de debutar en el Festival de Venecia con "Saimir", el director italiano Franceso Munzi regresa, esta vez a la sección oficial, con "Anime Nere", un drama que trata de "desmitificar" a la mafia calabresa.

"La realidad en la gran pantalla es a veces excesiva y yo quería normalizar, ser simple, mostrar a esta familia como una familia cualquiera, con elementos en común a cualquiera de nosotros", señaló hoy el realizador en rueda de prensa.

Basada "en una novela de Gioacchino Criaco sobre la ''Ndrangheta, "Anime Nere" cuenta aparentemente el enfrentamiento entre dos clanes, pero la verdadera lucha está en el interior de esa familia de tres hermanos y sus distintas maneras de ver la vida.

Luigi (Marco Leonardi), el más joven, es un traficante internacional de droga; Rocco (Peppino Mazzotta), burgués y emprendedor gracias al apoyo del primero, y Luciano, el mayor, (Fabrizio Ferracane) vive aislado en la montaña, ocupándose de la huerta y las cabras.

Con precedentes cinematográficos de tanto peso como "Gomorra" o "El padrino", Munzi ha admitido que le preocupaba hallar su originalidad. "Pero la encontré en la fidelidad a la novela, y en la especial naturaleza del lugar del rodaje", Africo (sur de Italia), centro neurálgico de la ''Ndrangheta.

El director italiano tenía claro que quería rodar allí, pese a las voces que lo disuadían. "Ha sido un descubrimiento personal. Intenté crear un ambiente positivo y no me encontré con grandes dificultades externas. Lo complicado estuvo en mi interior", dijo.

"Anime Nere" es una de las tres películas italianas que compiten este año por el León de Oro, junto a "Hungry Hearts", de Saverio Costanzo y "Giovane Favoloso", de Mario Martone.