El grupo folclórico Añate de La Victoria de Acentejo celebra hoy lunes su XXXI aniversario con la presentación de un nuevo espectáculo, "Tambores", que tendrá lugar, a partir de las 21:30 horas, en el parque El Pinar del municipio tinerfeño.

Este colectivo de amantes de la música popular canaria, integrada por cincuenta y cinco personas entre cuerpo de baile y parranda, con edades comprendidas entre los 17 y los 70 años, interpretará una selección de dieciséis piezas musicales que tienen al tambor como protagonista central, entre las que se encuentran tangos, tajarastes, romances, danzas procesionales, cantos y bailes de labranza, entre otros. "La mayoría se bailan, aunque algunos son sólo cantados", precisó Víctor González, uno de los directores de Añate, junto a Miguel García.

González explicó que la primera parte del espectáculo "se centrará en el folclore tradicional de tambor, a la música que no se hacía con cuerdas. Está dedicada a las danzas y cantos de las Islas Occidentales en las que están presentes los tambores, cuyas variadas formas confieren unas características sonoras peculiares y diferentes según la zona e islas en las que nos situemos".

En este sentido, puntualizó que se hará un recorrido por las islas de El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife. "Cada isla tiene diferentes géneros interpretados con tambores, chácaras, castañuelas, pitos y acordeón en algunos casos".

Este estudioso del folclore musical canaria aseguró que el tipo de temas que integran el espectáculo "Tambores", "son quizás los que menos han sido trastocados. En La Gomera y en El Hierro, sobre todo, en donde son más conocidos, como el Baile de la Virgen, El Romance Gomero o el Baile del Tambor. También en La Palma y Tenerife. Curiosamente, en las Islas Orientales se conoce muy poco con música de tambor que haya trascendido. Lo que se ha conservado hasta nuestros días, sobre todo, ha sido folclore de cuerda".

En el intermedio del espectáculo, interpretarán algunos de los temas que fueron incluidos en el concierto "Identidad", en el que junto a los grupos Oroval y Agarau, se realizó un homenaje a Los Sabandeños, y a sus emblemáticas piezas "Cantata del mencey loco", el "Himno a la lucha canaria" y el pasodoble "Islas Canarias".

Añate es una formación que ha derivado de los antiguos parranderos de La Victoria. Fue una escisión de un grupo anterior que se llamaba Agrupación Folclórica de La Victoria. "A principios de los ochenta, la gente mayor y los jóvenes no llegaban a acuerdos. Entonces la gente joven formó Añate, que se ha quedado un poco como escuela de folclore del municipio para mucha gente que se ha iniciado. Aunque seguimos siendo un poco el vínculo con los mayores, que tienen su parranda, y los jóvenes que están aprendiendo y forman parte de grupos de otros pueblos. Digamos que se ha extendido".

El principal objetivo de Añate, que ya ha editado cuatro discos, es "conservar el folclore de la comarca de Acentejo, aunque hacemos cosas de todas las Islas. Pero sobre todo nos hemos centrado en rescatar piezas de nuestra comarca, como lo hicimos en el disco Herencias, en el que recogimos una docena de temas que no habían sido interpretadas durante mucho tiempo y nunca grabadas, como el Gorgojo". Lo recogimos de gente con más de noventa años y se recreó", aseguró con satisfacción.

Víctor González tiene muy clara la importancia social del folclore y el papel que cumple. "Son los elementos de identidad de nuestras islas y de cualquier otro pueblo del mundo, porque está recogiendo las maneras que tenía la gente de expresarse a través de los cantos, los toques de los bailes. Los grupos, incluso, nos dedicamos a recoger la manera que tenían de vestirse con las diferentes épocas. Eso habla mucho de cómo era la sociedad, que hoy difícilmente podemos entender, aunque lo intentamos imitar. Era un modelo de expresión, que también servía para protestar con los cantos".

Una comarca con danzas sencillas

Los miembros de Añate también desarrollan una gran labor investigadora para determinar cómo eran los bailes antes de interpretarlos. Víctor González comentó que, en concreto, las danzas de la comarca de Acentejo "eran muy sencillas, con mucho sentido común, que no son coreografiadas hasta los años 60 o 70 por la sección femenina, cuando había que llevarlas a concursos. Los bailes que hacían la gente de antaño eran sueltos, y se celebraban en las casas particulares. Se reunían los domingos y se aprovechaba para vender el vino. Había un montón de géneros folclóricos. Se celebraban los bailes de danzas sueltas, en corro, si acaso en una rueda, pero no había coreografías, eran danzas de pareja. Era la vida social que había entonces".